Gene Kelly bailando bajo una cascada de polvo de estrellas en 1981. | Archivo

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Reconozcámoslo, la Navidad no es lo mismo en la era digital. Apenas quedan resquicios de aquellos spots que nos embriagaban de espíritu navideño. Cuando el escote de una rubia que buscaba a Jacq’s marcaba el inicio de las fiestas. ¿Y se acuerdan de las muñecas de Famosa, o aquel risueño ‘Hola, soy Edu, Feliz Navidad’? Inolvidables los spots de turrones: El Almendro -’vuelve a casa por Navidad’-; 1880 -’el turrón más caro del mundo’-; o El Lobo -’¡Qué buen turrón!’-. Bastaba encender la tele para atiborrarse de anuncios con olor a infancia y cava descorchado. El cava. Otro clásico de la Navidad. Merece la pena situar el foco sobre las ‘burbujas Freixenet’, sin duda se encargaron de colorear la Navidad con glamurosos spots repletos de famosos. Ahí van un par…

Hay que remontarse hasta 1977 para dar con la mediática Liza Minelli, probablemente en el mejor momento de su carrera, marcándose un numerito de cabaret en su sonada participación en el anuncio estrella de la Navidad. En 1981 el baile seguía siendo protagonista, con un Gene Kelly que ‘bailaba bajo la lluvia’. «Eran spots muy potentes, tenían mucha producción detrás. Recuerdo que todo el mundo los esperaba para ver qué sorpresa escondían», explica el actor, director, guionista e impulsor de Espai Teatritx Josué Guasch. Asegura que otro anuncio que le marcó fue el de la colonia Jacq’s. «Llamaba la atención ver a aquel bellezón vestido de cuero sobre una pedazo de moto», evoca.

Seguimos con las ‘burbujas Freixenet’, y nos catapultamos a 1983. Cuando una madura Shirley McLaine robaba protagonismo a un incipiente y jovencísimo Miguel Bosé. Más tarde, dos señoras de armas tomar, Raquel Welch y Victoria Principal, derretían los polos en 1985 y 1987, respectivamente. Si lo recuerdan, esta última se hizo famosa tras encarnar a Pam, cuñada del diabólico JR en la serie Dallas, todo un fenómeno televisivo en la época. ¿Y qué me dicen de 1989? ¡colosal!, nos brindó la presencia de uno de los iconos más reconocibles del séptimo arte: Paul Newman. Autor de una de mis frases de cabecera: ‘Una persona sin enemigos es una persona sin carácter’.

A continuación, un ejercicio de memoria: ¿Quién se vistió de burbuja en el 90? La respuesta es un ser de otro planeta. Como lo oyen. Ni más ni menos que Superman, Mr. Christopher Reeves. Y no podemos olvidarnos de Don Johnson, el poli elegante y guaperas de Corrupción en Miami, ficción televisiva que nos inculcaba la errónea idea de que la paga de un agente de narcóticos da para conducir un Ferrari y vivir en un yate. Yeah. El actor, entonces unido a Melanie Griffith, se vistió de burbuja en el 91. Un curso más tarde, en pleno año olímpico, su compatriota Sharon Stone partía la pana junto a Antonio Banderas. Por cierto, el entonces ‘chico Almodóvar’ no tardaría en levantarle la señora a Johnson…

La música, alma del spot

Subamos un par de años hasta 1993, esas Navidades Kim Basinger nos ‘obsequiaba’ con una versión pelín macarra del clásico As time goes by –si Sam levantase la cabeza...–. Precisamente la música ocupó un papel determinante en estos spots. Que se lo pregunten a Bruno Sotos. Al cantautor mallorquín uno de ellos le cambió la vida. «Fue el anuncio de 1998 que protagonizó Alejandro Sanz, que acababa de publicar su disco Más. Hizo que me empezara a interesar seriamente por la música y, junto al de las muñecas de Famosa, son dos spots que recuerdo con mucho cariño».

Por su parte, Miquel Àngel Sancho, de Blau Produccions y Xocolat Discos, tiene una visión más profesional de la sobredosis de spots que inundaban la pequeña pantalla en Navidad. «Recuerdo que cada año era la misma comedia, teníamos que investigar qué canción era la de cada anuncio porque venía un montón de gente preguntando ‘¿tienes la canción de la colonia Loulou?’. Había que hacer de detective», añade con humor. Como Sotos, Sancho recuerda con simpatía el anuncio de las muñecas de Famosa. En cuanto a las célebres cabecillas del espumoso catalán, destaca «la expectación que levantaban, todo el mundo quería saber quién sería el protagonista».

Recogemos el guante del productor y seguimos con Freixenet, para evocar la participación de dos actrices de este y el otro lado del charco, Penélope Cruz y Meg Ryan, quienes alimentaron la cuenta de ‘chicas estupendas’ en 1997 y 2001, respectivamente. Alejado de la controversia que envuelve a su obra, Martin Scorsese se asomó por la pantalla en 2007; un año antes, Gabino Diego y Demi Moore, una pareja de contrastes, nos amenizó las fiestas. Y ahí va un dato curioso: Maribel Verdú es la única que repitió, lo hizo en las campañas del 94 y el 98.

Hubo otras casas de cava que dejaron su impronta en la Navidad, caso de Rondel, Castellblanch (con aquel forzado ‘Felices fiestas con Castellblanch’ que deslizaba la tremenda Rocío Jurado) y, cómo no, el spot de Codorniu, otro clásico de la factoría de spots navideños.