El Jardí del Bisbe, ubicado a pocos metros de la Seu, se convirtió ayer en un bello obrador al aire libre. | Pere Bergas

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El Jardí del Bisbe, en el casco antiguo de Ciutat, se convirtió este sábado en un bello obrador al aire libre. Alumnos del último curso de auxiliar de cocina de Càritas Mallorca, desarrollado en el Centre Bit de Inca, elaboraron una exquisita coca de chocolate y cacao con crema de limón a la miel, crujiente de galletas y almendra y naranja confitada, con la ayuda del chef Miquel Calent y a partir de productos procedentes del comercio justo. El acto se organizó en el marco del Día Internacional del Migrante, con el fin de reivindicar que la movilidad humana es un derecho.

«Para Càritas la economía social y solidaria es un reto. El comercio justo es más humano, sostenible y respetuoso con el medio ambiente, las condiciones laborales y la equidad de género. Le da fuerza al pequeño productor y agricultor y evita la explotación infantil», expresó la coordinadora del programa de Comerç Just, Bàrbara Picornell.

Ocupación

Càritas impulsa cursos formativos para que personas en situación de vulnerabilidad social dispongan de las herramientas necesarias para acceder al mercado laboral en buenas condiciones. «Lo importante es capacitar a las personas, desarrollar su autonomía y confianza y poner en valor sus capacidades. A raíz de la pandemia ha habido un aumento en la demanda de estos cursos», afirmó Laura Cadenas, encargada del programa de Accions per l’Ocupació, que cuenta con el apoyo del Fondo Social Europeo. El pasado octubre comenzó el curso de doscientas horas en el que, bajo la supervisión de la cocinera Gema Lletí, trece alumnos han aprendido diferentes técnicas de trabajo en la cocina. Esta formación se completa con prácticas no laborables en empresas.

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Los alumnos del curso formativo de auxiliar de cocina de Càritas cocinaron mano a mano con el chef Miquel Calent.

Este sábado los cocineros demostraron haber sido buenos pupilos, pues elaboraron un postre digno de los mejores restaurantes. El chef Miquel Calent, creador de la receta, les ayudó en su elaboración, además de regalarles prácticos y variados consejos como, por ejemplo, de qué modo debe manejarse una manga churrera o cuál es la forma correcta de cortar una coca. «Colaboro con Càritas desde hace años y creo que realizan una encomiable labor de integración social e inserción laboral. Hoy mi papel es secundario; ellos son los que han preparado el postre y son los verdaderos protagonistas», sostuvo Calent, emocionado con el proyecto. Una vez acabaron de elaborar el postre, el público asistente pudo degustarlo. No quedó ni una sola migaja del pastel.