De la derecha, de izquierda a derecha, Margalida Picornell, madre de la ganadora, Bàrbara Bujosa (primera por la derecha), las niñas Júlia Cladera y Marta Cerezo (menciones especiales en el concurso), Andreu Moyà, segundo premio, y Xesc Bibiloni, que logró el tercero. A su lado, Marta Ferriol, directora técnica de Tramuntana XXI. | Tramuntana XXI

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Bàrbara Bujosa ha sido la ganadora del primer premio de la segunda edición del concurso La cuina de la Serra: receptes tradicionals de productes elaborats, que busca la recuperación de platos ancestrales y el fomento de los productos locales. Bujosa triunfó con su Gerret de Banyalbufar escabetxat. «Esta receta la cocinaba mi madre y así hemos seguido haciéndolo; el gerret de por sí ya es un pez sabroso y, en tiempos de carestía, lo cocinábamos en escabeche para conservarlo y que durara unos días, ya que en aquel tiempo no disponíamos de neveras como las conocemos ahora», explica Bàrbara Bujosa, que en la presentación de este plato recordó cómo su padre, Pedro Bujosa Thomàs, que a su vez había aprendido el oficio de pescador de manos de su padre, salía a pescar desde los 12 años y el gerret era uno de los pescados más preciados «porque era uno de los primeros en llegar. El pescado que no iba a Palma, se vendía en la calle, en medio del pueblo; cada barca tenía su lugar y cada mañana era como una fiesta: se mezclaban la gente del pueblo, los veraneantes, los extranjeros de los hoteles, etc...; había expectación por ver qué pez y qué cantidades había pescado cada llaüt».

El certamen estaba abierto también a niños, que participaron con dibujos. El segundo premio recayó en uno de los jóvenes participantes, Andreu Moyà Vanrell, del CEIP Joan Mas de Pollença con la receta Tords en conserva. Maria Antònia Vanrell, madre de Andreu, explicó que este receta procede de su tatarabuela. «Esta mujer se llamaba Aina Campins, pero era conocida como la madrineta de Míner, que era la posesión donde estaban. Míner está junto al Puig Tomir, en un sitio donde todo es roca y sin demasiado buen terreno para sembrar, por eso se dedicaban a la caza. Esta mujer murió en 1935 a la edad de 96 años».

El plato de ‘gerret de Banyalbufar escabetxat’.

Conservar la carne

Maria Antònia añadió que esta receta no tiene valor culinario, «pero la escogimos porque era una forma de conservar la carne de los zorzales cuando todavía no existían las neveras y congeladores para conservar la carne. De esta forma podían tener zorzales para poner al arroz durante todo el año, hacer en salsa...». Un punto importante es que los tordos se debían cazar sin herida de bala, con redes e hilos».

La tercera receta reconocida correspondió a Formatge amb garrova de sa Cabreta, dins oli verge i romaní de la Serra, presentada por el pollencín Xesc Bibiloni. «Es una técnica de conservación y también una receta de aprovechamiento de algún resto de queso que pueda quedar en la nevera y así poder conservarlo durante más tiempo y a la vez enriquecerlo con hierbas aromáticas y especias. El queso preparado de esta forma es un aperitivo perfecto para acompañar por ejemplo con un buen vino de la tierra, incluso con un vino dulce o vermut. Se puede comer en casa o en una jornada de pesca y acompañarlo con galletas d’oli, confitura de naranja, de tomate, pan de higo o membrillo».