El mercadillo cuenta con una gran variedad de figuras. Arriba, Catalina Mora con todos sus ‘dimonis’ de Mallorca. A la izquierda, Carme y Zaida, en Pastorets Carxa, y Maria Amengual, con sus ‘siurells’. | Pere Bergas

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La Navidad siempre llega con sus atracciones y no empieza hasta que los artesanos arman sus puestos. Este viernes arrancó el tradicional mercadillo navideño de la Plaça Major, en el que los viandantes podrán adquirir todo tipo de artículos artesanales en sus catorce paradas, abiertas al público entre las 10 y las 21 horas hasta el 5 de enero. Todos los municipios de la Isla están bien representados en el puesto de Catalina Mora, artesana de Marratxí, que ha elaborado en barro piezas únicas de los dimonis de la Isla. Los pueblos sin diablos, como Valldemossa o Escorca, cuentan con figuras de la Beateta o los Blauets de Lluc.

Por su parte, la artesana de Sa Cabaneta Maria Amengual Capó tiene su puesto repleto de siurells, tradicionales y navideños, perfectos para montar un belén a la mallorquina. También hay pesebres exóticos, como los de la artesana peruana Alicia de Olave, montados en el interior de pequeñas calabazas, con motivos costumbristas tallados en su cara externa.

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En Pastorets Carxa, de Carme y Zaida, encontrarán figuras clásicas y modernas, como los Reyes Magos en todo tipo de medios de transporte. La artesanía de cristal tiene su espacio en el puesto de Fina Seguí; los juguetes de madera, en la parada de Rosa Pascual; los bordados y el punt mallorquí en el de Tomeu Pons y Francisco Mateo, también con telas marcadas. Para acabar, los hermanos Segura brindan todo tipo de figuras, y Lourdes y Nelson, lámparas de papel anticalórico.

Escenas de Mallorca

Antònia Campaner lleva 25 años como artesana, haciendo figuritas de belén. Tiene su taller en s’Aranjassa. Además de las figuras centrales, el Niño, José y María, la mula y el buey, moldea también a los tres Reyes Magos, que acuden al nacimiento en mula, (no en camellos), como las que había en Mallorca, y ofrecen al niño una ensaimada, un siurell y un botijo.

Antònia Campaner, en su puesto. Fotos: M.CLADERA

También presenta en barro un fraile escondido, un elemento que pocos saben que era tradicional en los belenes de Mallorca, y que los niños, como en un juego, debían encontrar. Recrea también escenas costumbristas de la Isla, vendiendo en el mercado, haciendo figuras de madera para jugar, en la panadería... y este año, como novedad, presenta ‘Tomando chocolate en Can Joan de s’Aigo’.