Antes de servirse los postres, Patricia Gómez y Juli Fuster posaron en la terraza del restaurante Cuit con la Seu de fondo. | Pere Bergas

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Un cielo encapotado amenzaba tormenta en Ciutat, pero hasta los días más oscuros cuentan con destellos. La consellera de Salut, Patricia Gómez, y el gerente de IB-Salut, Juli Fuster, se dieron el ‘Sí, quiero’ tras una década de convivencia.

«Ha sido una boda civil íntima, adaptándonos a la situación actual. Aun así, hemos vivido el día con mucha ilusión», expresó la consellera, que escogió un largo vestido rosa palo, adornado con brillos, un chal a juego y zapatos de tacón del mismo tono.

El banquete se celebró en el restaurante Cuit, de Miquel Calent, ubicado en el hotel Nakar de Jaume III. Al convite asistieron los allegados de los recién casados. Disfrutaron de un menú degustación en un festejo discreto.

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Los recién casados se mostraron muy felices durante el convite.

«Damos la enhorabuena a Miquel Calent, ha sido un gran anfitrión en todos los sentidos. Hemos disfrutado mucho con el menú», afirmó Fuster, ataviado con un traje negro, camisa blanca con corbata roja y una rosa rosada en la solapa, un guiño al atuendo de la novia.