Laura, fundadora de vínQulo. En su haber, muchas parejas ya consolidadas. | Click

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Oído! A todas aquella personas que andan buscando compañero, si es posible de por vida, pero que no lo encuentran por mucho que lo intentan, en lo cual, a veces, influyen determinados factores, ya bien sea de carácter, cultura, estilo de vida, etc. Digo que ¡oído!, antes de seguir por el camino equivocado, precisamente por desconocer cómo es el otro/a, pues aunque las primeras impresiones, si son buenas, ayudan, luego, el día a día pone a cada uno en su sitio…

Por ello, lo mejor es ir a tiro hecho. Acudir a la primera cita sabiendo algo de cómo es él, o ella. De este modo, las posibilidades de equivocarte son inferiores, pues, sin conocerla, ya sabes muchas cosas de la que puede ser tu pareja.

Posiblemente diréis que os estoy hablando de una agencia matrimonial o de una web de encuentros… Pues no. Os estoy hablando de una matchmaker (literalmente, la que hace los encuentros), la primera que hay en Balears. O lo que es lo mismo: nos estamos refiriendo a vínQulo (www.vinqulo.com), y más concretamente a Laura Mójer y a su equipo…

PALMA. SOCIEDAD. PAREJA DE ENAMORADOS .
La misión de vínQulo es que quien llame a su puerta, encuentre pareja estable.

Ni casamentera ni celestina

«Seguramente pensarás que vengo a ser una casamentera o una celestina… –nos dice Laura–. Pero no, porque lo que yo soy, de verdad, es la amiga, la que sabe lo que te gusta, y que si no lo tiene, no te preocupes, que sale a buscarlo».

Ella es una emprendedora, que tras haber trabajado durante bastantes años como responsable en una empresa multinacional, y haber tenido un problema familiar, al que se entregó día y noche, durante la pandemia se planteó su futuro, lejos de empresas, si no en algo creado por ella. ¿Qué…?

«Pues, partiendo de lo difícil que es encontrar pareja estable a determinadas edades, y de que una cosa es conocerse y otra convivir, que es cuando surgen las incompatibilidades entre uno y otro, me decidí a seguir por este camino: el de unir parejas, ofreciendo un servicio personalizado y muy confidencial», insistiendo otra vez en que lo suyo nada tiene que ver con las web de citas.

Y lo puso en marcha el pasado 13 de febrero, Día de los Solteros, y víspera del Día de los Enamorados. «Y a decir verdad, en el tiempo que llevamos, no ha ido mal. Quiero decir que lo positivo ha superado con creces a lo negativo…».

Para ello, vínQulo cuenta con una base de datos de los pretendientes, que ha ido formando a raíz de que estos han contestado a un cuestionario bastante extenso, que han recibido a través de email una vez que se han puesto en contacto con ellos y han decidido que les busque pareja. «Cuando tengo el cuestionario, quedo con esa persona, hablo con ella sobre su vida, sobre lo que le gusta hacer, sobre sus deseos, sus hábitos, etc., con lo cual completo su perfil para buscarle entre los otros que tengo el que sea más compatible con el suyo,    cosa que sé porque los pretendientes también deben completar el formulario y pasar por todo el proceso».

En cuanto a quién es compatible con quién, ella lo evalúa, principalmente, con la compatibilidad de valores, con que el nivel sociocultural de ambos sea equilibrado y con un estilo de vida parecido.

Solteros y divorciados

«A veces se puede dar el caso de que la persona que me interesa no la tengo en el banco de datos. Entonces lo que hago es que la busco. ¿Dónde? En fiestas, eventos, actos sociales, incluso tardeos… Sí, porque como los organizadores me conocen, y conocen también mi trabajo, me presentan a solteros y solteras, a los que les pregunto, tras decirles quién soy y lo que hago… Y entre ellos seguro que encuentro la persona que ando buscando, a los que pregunto si están interesados en encontrar pareja, y si me dicen que sí, les mando el cuestionario. También suelo buscar en Internet. Y es que en esto has de estar trabajando siempre, y hacerlo con discreción, ya bien buscando la persona que te falta, ya bien ampliando la lista de posibles compatibilidades. Y se hace también sin compromiso, aunque ellos saben que algún día les puedo llamar, anunciándoles que posiblemente les he encontrado la pareja que buscan… Quiero decir que todo es claro y diáfano, por lo que nadie obliga a nadie».

Por norma general, sus clientes, que están entre los 45 y 55 años, son personas de poder adquisitivo medio-alto, entre los que hay abogados, arquitectos, empresarios, etc. y a ninguno le gusta contactar a través de redes sociales. Son personas ya bien solteras, ya bien divorciadas, que encima están viendo que los amigos, con los que salen, se van casando, lo que hace que se queden solos. Y la verdad es que, a esa edad, no es cuestión de trasladar su segunda residencia a la barra de ningún bar, sino intentar resolver el problema de la soledad de una forma positiva y segura, sin necesidad de ir dando bandazos por ahí.

Varias parejas consolidadas

«Ahora tengo más clientas que clientes, y eso puede ser porque al hombre igual le da más corte hablar conmigo de esas cosas… Ante esta situación, les digo que se imaginen que yo soy su chef privado o su entrenador personal, que me limito a hacer lo mío, que es lo mejor para lo que él anda buscando, y encima lo hago con la máxima discreción».

¿Qué pasa cuándo se tiene a la pareja? ¿Cómo y dónde la presenta?

«Antes de la presentación física, les envío a ambos lo que llamo los biodatos, que no es más que las características, gustos, aficiones, etc., de ambos, pero sin nombre ni fotografías. Y si tras haberlas leído están de acuerdo, los reúno en un sitio, que considero que es bonito y tranquilo, para que se sientan a gusto. Es lo que se llama una cita a ciegas: saben cómo son, pero no quiénes son, ni cómo se llaman. Y les pongo una condición, que cuando terminen la cita no se intercambien los teléfonos, ya que les voy a llamar para saber cómo les ha ido, y en el caso de que ambos quieran volver a verse, es cuando les paso los teléfonos…»

Proceso

Hasta la fecha, la gran mayoría de las citas han ido bien, «y ya tenemos varias parejas consolidadas… Hubo solo una cita que fue un fracaso total, pues la chica, al hablar con ella, me dijo que no le gustó, y que de una forma educada, excusándose en que tenía que hacer una llamada telefónica, dejó la cita a medias».

Su trabajo no termina cuando la primera cita va bien, sino cuando parece que todo está consolidado, por lo que Laura realiza una serie de controles, que pueden ser tres…

Hay que decir también que Laura, para este cometido, cuenta con la colaboración de psicólogo, coach y un experto en imagen.

En cuanto a precios, Laura los da en la primera visita que hacen a vínQulo, y que es gratuita.