Surtido de bombones artesanos con el sello de Pastisseria Pomar.

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El 13 de septiembre se celebra el Día Internacional del Chocolate. Esta fecha se remonta a los años 90, cuando Francia quiso homenajear el nacimiento del novelista Roald Dahl. Y es que la pluma del galés alimentó la veneración por este preciado dulce, gracias a su Charlie y la fábrica de chocolate (1964), un título que caló hondo en el imaginario popular de varias generaciones.

Hoy día los grandes productores de cacao ya no son los países sudamericanos, sino Costa de Marfil, Ghana, Indonesia y Nigeria, que producen más del 70% del cacao consumido en todo el mundo, aunque sus productores tan sólo se queden con el 4% de los beneficios de un negocio que mueve 90.000 millones de euros anuales. De hecho, en términos de negocio, puede decirse que el cacao se produce en los países subdesarrollados, pero se consume en el primer mundo.

Los europeos que consumen más chocolate son los alemanes, con 11 kg al año por persona. En España vamos algo rezagados, ‘solo’ comemos 3,5 kg de este codiciado alimento que en la antigüedad se usó como moneda de cambio. Hay que recalcar la importancia de tomar un chocolate de buena calidad. Se recomienda que haya sido elaborado con un alto porcentaje de cacao, ya que contiene menos leche y azúcares y, en consecuencia, menos calorías. «Trabajamos con cacaos que van del 60 al 70%, asimismo nuestros chocolates contienen una cantidad de azúcar reducida, y ninguno lleva aceite de palma», remarca Marilena Rodríguez, del Forn de Ca Na Teresa. En ese sentido se expresa Matías Pomar, cuarta generación de la veterana pastelería Pomar. «Nosotros trabajamos con chocolates que tienen un máximo del 84%, por tanto la cantidad de azúcar que necesitamos es mínima», justifica. Añade que «utilizamos cacaos de todo el mundo, incluso hay chocolates que contienen cacaos de diferentes procedencias».

Palma 8.
Matias Pomar ante una selección de bombones y derivados del cacao.

El cacao, quien lo duda, es la piedra angular sobre la que gira un buen chocolate, y en ese sentido es también lo que encarece el producto. «Un kilo de chocolate con un 34% de cacao cuesta 6 euros, mientras que un kilo de chocolate con un 84% cuesta 17», remarca el cabeza de Pastelerías Pomar.

Fuente de energía

Además de fuente de energía, el chocolate ayuda a disminuir la presión arterial, ya que mejora la circulación sanguínea gracias a su alto contenido en teobromina. Una sustancia que tiene un efecto positivo en el sistema nervioso central al tratarse de un antidepresivo suave. De ahí que suela escucharse aquello de que el chocolate produce una cierta sensación de bienestar. No acaban aquí los beneficios de este dulce manjar que previene el envejecimiento prematuro de la piel, gracias a su alta concentración de antioxidantes.

Ya ven, por mucho que los ‘gurús de gimnasio’ se obstinen en difamarlo, lo cierto es que el chocolate, consumido con mesura, es un alimento absolutamente recomendable. Podemos tomarlo en tableta, a la taza, en forma de deliciosos bombones o inyectado en el corazón de una napolitana o croissant. «En Forn de Ca Na Teresa los más vendidos son el cremadillo, el doblegat y el mini croissant. Aunque nuestro producto estrella es la ensaimada de Ferrero, elaborada con Nutella y granillo de avellana; la tarta de cuatro chocolates, y la tarta Sacher auténtica, que es exquisita», recomienda Marilena. Por su parte, en Pomar, el «bombón de avellana caramelizada cubierta de chocolate negro y una piel de naranja confitada en chocolate son dos de nuestras elaboraciones con más salida».