La primera edición contó con la participación de 25 embarcaciones y este fin de semana son más del doble, 53, las que están tomando parte en este evento. | Pere Bota

TW
0

No es fácil que un evento dure veinticinco años y si es del mundo de la vela y a nivel aficionado puede llegar a la categoría de milagro. Bien es cierto que durante los primeros años, la Diada de Vela Latina del Club Náutico de Cala Gamba tuvo el apoyo del Consell de Mallorca.

Nos situamos en 1996. Maria Antònia Munar es, con sus dos diputados, presidenta del Consell de Mallorca desde el 7 de julio del año anterior. Uno de sus objetivos desde el primer día fue potenciar todo aquello que tuviera que ver con la mallorquinidad, empezando por la organización de la Diada de Mallorca.

Entre sus múltiples actos figuró éste de la Diada de Vela Latina con la intención de dar a conocer el trabajo de los mestres d’aixa, encargados de fabricar las embarcaciones más puras que navegan por las aguas de nuestro litoral y mantener este valioso patrimonio.

Características

La vela latina es una vela de cuchillo, o triangular, diseñada para ser propulsada por el viento. De inspiración árabe, apareció en el siglo IX y rápidamente se extendió por todo el Mediterráneo sustituyendo a la vela cuadrada.

La Diada de Cala Gamba tuvo en los primeros años un carácter meramente competitivo, pero con el paso del tiempo ha ido ganando terreno la vertiente cultural y de patrimonio, aunque aún se mantienen las competiciones.

En la primera edición de 1996 tomaron parte unas 25 embarcaciones y este fin de semana son más del doble, 53, las que están participando en esta edición de ‘plata’. «Este aumento se ha producido porque ha habido un mayor interés por esta clase de embarcaciones y también ha influido que la vela latina esté a punto de ser declarada Bien de Interés Cultural», explica el vocal de Patrimonio Marítimo del Club Náutico Cala Gamba, Bernat Oliver.

Los organizadores de esta diada siempre han querido que participaran el mayor número posible de embarcaciones. «Cada año invitamos a participantes de fuera de la Isla. Recuerdo el año 2001, cuando vinieron nueve de Murcia, donde hay una gran afición a este tipo de embarcaciones. Este año ha venido una de Canarias, pero nos hemos encontrado con el problema de que su calado es mayor que el del puerto e igual no puede salir a navegar», dice Oliver.

Coincidiendo con el fin de la etapa de poder de UM en el Consell de Mallorca, en 2012, el evento pasó a perder su carácter público y desde entonces son los socios del club y la iniciativa privada quienes se encargan de su supervivencia.   

El público mostró interés por las embarcaciones de vela latina en la jornada de presentación del museo.

Un paseo por la historia de Cala Gamba

Un viaje por la historia, la sociedad y el ecosistema de Cala Gamba y todo lo que rodea a esta preciosa zona de la bahía de Palma. Este es el objetivo del EcoMuseu Marítim del Club Nàutic de Cala Gamba, que se presentó ayer coincidiendo con las bodas de plata de la Diada de Vela Latina, el evento que ha permitido aglutinar y dar continuidad a la flota de vela tradicional de Mallorca, de gran valor patrimonial.

Esas barcas tradicionales son uno de los emblemas del EcoMuseu y también el origen de la idea pues el proyecto surgió hace apenas un año cuando, tras la completa remodelación del Club Nàutic Cala Gamba, se decidió amarrar juntos en el mismo pantalán todos los botes clásicos y de vela latina, auténtica bandera del club de es Coll d’en Rabassa.

El patrimonio marítimo del club, con veinticinco barcos de vela latina, será uno de los adalides del EcoMuseu. «Hemos colocado paneles informativos y una placa de metal en el punto de amarre de cada barco clásico en el que consta su nombre y su año de construcción. También estudiamos añadir un código QR que permita acceder a la historia completa de cada barco», detalla Joan Marc Rigo, coordinador del Club y uno de los impulsores del proyecto.

Este museo, que proporcionará un importante valor añadido al club del Coll d’en Rabassa, se ha levantado exclusivamente con la ilusión y el esfuerzo de los socios y simpatizantes del club y no han recibido ninguna financiación pública.

La junta directiva del club Cala Gamba. Foto: TERESA AYUGA