Bajo el lema ‘Més vius que mai’, arrancaron las fiestas patronales de Son Sardina. | Pere Bergas

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Bajo el lema ‘Més vius que mai’, ayer arrancaron las fiestas patronales de Son Sardina, que se prolongarán hasta el próximo 12 de septiembre.

«La organización ha sido diferente. Con el aforo limitado e inscripción previa, hemos buscado actividades en las que la gente esté sentada. También hemos tenido que apretarnos el cinturón, pues no podemos instalar barra, con la que se costeaba buena parte de las fiestas», explicó Pere Sureda, miembro de la Comissió de Festes, un grupo de jóvenes que toman el relevo generacional en la organización de las fiestas.

En la merceria Esperança y la página web festes.enfocats.com se pueden adquirir entradas para una decena de espectáculos, como la exhibición de pirotecnia, conciertos, noches de cine, teatro y bingo o el concurso orientado a talentos.

Pasacalles

Las fiestas comenzaron ayer a las 19.30 horas con un vistoso pasacalles en el que destacó la ilusión de volver a la calle, gran escenario de la fiesta popular. Encabezado por los xeremiers Álex Ibañez y Dídac Martorell, el recorrido discurrió por el camino de Passatemps hasta llegar a la Parroquia de la Inmaculada Concepción alrededor de las 20.15 horas.

Con sus cuatro metros de altura, imponentes, na Comas y en Comaro destacaban sobre el resto de participantes;ambos rinden homenaje a dos queridos vecinos de la localidad, ya fallecidos, el fariner Comaro y la botiguera Comas. «Estamos algo oxidados después de dos años sin salir», expresó Pedro Canyellas, miembro de los Gegants de Son Sardina. «Esperemos que esto sirva para hacer algo de fiesta y deshacernos de esta tristeza que tenemos metida en el cuerpo».

También se reabrieron ayer las puertas del infierno y los diablillos sembraron el caos allí donde pasaban. Una veintena de dimonis del grupo de Son Sardina Enocats participaron en el recorrido. «Desde que comenzó la pandemia no hemos hecho nada, salvo alguna actividad online y algún que otro ensayo o taller. La gente tenía muchas ganas de volver a ponerse la máscara y salir a la calle», explica Miquel Ferrer, presidente de Enfocats, que se lamenta de las restricciones que marca la pandemia. «Este año no podemos interactuar tanto con el público, un rasgo tan tradicional de los dimonis de Mallorca».