Àlex Cirer en Chateau du Clos de Vougeot (Francia). | JOANPORCEL/XAVIERLLABRÉS

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El pasado lunes 9 de agosto, el terapeuta ocupacional Àlex Cirer, de la asociación Team Chain Reaction, comenzó un reto titánico: recorrer en bicicleta los 1.600 kilómetros que separan las ciudades de Vic y Ámsterdam con el fin de recaudar fondos para la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotròfica (ELA) de Balears. Demostrando una loable resiliencia, el jueves por la noche, Cirer alcanzó la capital de los Países Bajos. «Estoy machacado, el último día fue muy duro, un contratiempo sucedía tras otro. Ni con el mejor guion la llegada hubiese sido tan épica».

Un error en el último tramo del recorrido por poco arruina la hazaña de Cirer: «El reto estaba ideado en doce etapas, pero al final decidimos juntar las dos últimas y dejarlo en once, con un último tramo de Bruselas a Ámsterdam, de 200 kilómetros. Hasta Rotterdam todo fue perfecto; nos paramos a comer y el tiempo empeoró, hacía mucho viento. A unos 15 kilómetros de Ámsterdam me equivoqué de camino y retrocedí casi 50 kilómetros».

La furgoneta eléctrica que acompañaba y seguía la ubicación del ciclista se encontraba lejos, pues había parado a recargar la batería. «Cuando me avisaron el mundo se me vino encima», explica Cirer, que halló la energía que le faltaba en los mensajes de apoyo que recibía de amigos y familiares, preocupados al ver que no alcanzaba su destino a la hora prevista. «Estuve a punto de abandonar, hice tres parches, no podía aguantarme de pie, había acabado el agua, los geles y la comida. Esos mensajes fueron muy importantes para mí. Muchas personas estaban pendientes y no podía fallarles. Recordaré las dos últimas horas de pedaleo toda mi vida».

Cirer, en la ciudad francesa de Charleville Mézières.

Éxito

Pasadas las diez de la noche, Cirer alcanzó la ciudad y todavía está procesando su logro: «Estaba tan exhausto, vacío y agotado mentalmente, que no podía ni hablar. Al llegar lloré durante diez minutos. Fue muy emocionante. Hemos logrado gran parte de nuestro objetivo, generar una reacción en cadena y demostrar que con el esfuerzo de muchas personas se consiguen grandes cosas», afirma Cirer, que enfatiza la importancia de Xavier Llabrés, Joan Porcel y David Capó, quienes le acompañaron durante todo el trayecto. «Son la parte invisible del reto, sin ellos no hubiese sido posible completar la ruta».

Porcel se ha encargado de documentar todo el recorrido para producir una pieza audiovisual, y Capó ha sido el técnico de sonido. «No sabemos cuál será el formato definitivo y el guion se decidirá con el montaje. El objetivo de todo el proyecto es darle visibilidad a la ELA y contar la historia personal de Àlex», indica Porcel.

El objetivo era recaudar cinco euros por cada kilómetro recorrido: un total de 7.925 euros. A falta de 22 días para que se cierre la página de donaciones en el portal de micromecenazgo ‘Mi grano de arena’, se ha alcanzado ya la mitad de lo que pretendían percibir a través de 93 donativos.