Oliver presentó sus nuevas creaciones en Palmanyola.

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Londres, París, Milán y Madrid son algunas de las principales capitales de la moda. Cada año, las pasarelas se inundan de las últimas creaciones de prestigiosas firmas que dan así el pistolezado de salida a las nuevas tendencias. Versacce, Balenciaga, Yves Saint Lauren o Cristhian Dior son algunos de los astros de la moda. Pero de un tiempo a esta parte han ido surgiendo nuevos talentos que se alzan con una voz nueva y renovada en un área tan encorsetada como la alta costura. Es el caso de la diseñadora mallorquina Mercedes Oliver, que presentó su nueva colección en Palmanyola.

Oliver no crea dos vestidos iguales, ya que pretende que cada mujer sea única. La sensualidad, las telas fluidas y los colores vivos son los protagonistas de esta nueva serie, donde el estilo étnico marcado con un claro carácter mallorquín ha inundado la colección de verano de la diseñadora. «No sigo las modas, ni las tendencias. Todo está dentro de mi cabeza y voy diseñando sobre la marcha. Los vestidos de esta colección son cien por cien artesanales, fabricados con hilos adaptables y elásticos que se adaptan a todo tipo de cuerpos. Tanto los diseños, como su elaboración han sido espontáneos. Mi proceso creativo se va modificando durante el camino. No tengo un guion fijo a la hora de crear», aseguró Oliver.

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La diseñadora Mercedes Oliver.

Desfile

Veintiuna modelos de entre cinco y 67 años pasearon por la pasarela que el Ajuntament local montó en el CEIP Gaspar Sabater. Oliver reunió a mujeres de todas las edades y figuras con el fin de demostrar a los asistentes que sus estilismos se adaptan a todo tipo de cuerpos y edades. María del Mar (5 años) lució un top de gasa y crochet. Aunque reconoció estar algo nerviosa antes de su debut, la pequeña se mostraba muy ilusionada. Mireia Mendoza (27) se ha subido a más de una pasarela. Milán y Madrid han sido testigos del arte de esta modelo sordociega que demuestra que todo es posible.

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Un momento del desfile realizado en Palmanyola.

En esta ocasión, Mendoza se enfundó en un vestido largo de seda y explicó: «Cuando desfilo me siento empoderada. Pretendo dar visibilidad a la sordoceguera, algo muy desconocido todavía. Es necesario sensibilizar a la población y dejar un mundo más accesible».

Además de los modelos más casuales también pasearon por la alfombra tres vestidos de novias que destacan por su versatilidad y movimiento. Una de las particularidades de la velada fue el sorteo de una de las piezas de Oliver. Un vestido de hilo metalizado y seda valorado en 100 euros.

Bajo el eslogan ‘Nit de moda amb el comerç local’, Arnau Llinas, alcalde de Palmanyola explicó que con este tipo de eventos lo que se pretende es apoyar a la gente emprendedora del pueblo y estimular el comercio local. «Es el segundo año que celebramos un desfile con Mercedes Oliver, natural de Palmayola. Y este año, hemos querido repetirlo». Asimismo, Llinas explica que todo el pueblo ha participado de una manera u otra. Muchos vecinos colaboraron como voluntarios para asegurar un espacio seguro y que se cumplieran todas las normas sanitarias. «Se habilitó un formulario de inscripción para no superar el aforo máximo de 200 personas, además de preparar el espacio y mantener la distancia de seguridad», apuntó Llinas.

Otra de las colaboraciones más destacadas fue la del Salón Magda Palmer. El equipo de cinco profesionales que forma una de las peluquerías del pueblo se encargó de peinar y maquillar a todas las modelos en un tiempo récord. Un trabajo espléndido donde se consiguió aunar peinados románticos con cada uno de los vestidos de la colección de Oliver.con.