Enamorado del mar. Leonardo Ferragamo, con gafas y gorra, a bordo del velero de su propiedad ‘Cuordileone’, tras la regata de la Copa del Rey de Vela disputada el martes. | Julián Aguirre

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De entre los participantes en la XXXIX Copa del Rey de vela destaca la presencia de Leonardo Ferragamo (Florencia, 1953), presidente del grupo Ferragamo, que heredó de su padre, Salvatore Ferragamo. Leonardo, el quinto hijo, es el presidente de la compañía, que hace unos años salió a bolsa y que está valorada en más de 3.500 millones de euros. Pero además de ser un exitoso hombre de negocios, Leonardo Ferragamo es un apasionado del mar desde que su hermano Ferruccio, al que sustituyó este año como presidente del holding familiar le enseñara a navegar en la Marina di Scarlino, en la Toscana. De hecho, aún conserva como un tesoro el pequeño velero donde tomó contacto con el mar por primera vez.

Tal es el amor de Leonardo Ferragamo por el mar que a finales del pasado siglo no dudó en adquirir los astilleros finlandeses Swan, que había sido un referente cuando empezaron por la calidad de sus embarcaciones e innovaciones técnicas pero que habían sufrido una deficiente gestión económica.

Los swan fueron los primeros veleros que entreveraban la madera con fibra de vidrio y eran capaces de competir en la vuelta al mundo. Tecnología punta que se suma a una construcción absolutamente manual: 250 artesanos que en su mayoría han heredado de padres y abuelos un oficio secular en Pietarsaari, a orillas del Báltico. «(Los finlandeses) tienen una actitud muy orgullosa, quieren demostrar que lo hacen mejor que nadie. Además, apuestan por la tecnología punta, siempre a la vanguardia y yo he añadido una buena estrategia en la gestión. Ellos son muy serios e íntegros, profundamente concentrados en la calidad y volcados en el trabajo. Y los italianos aportamos el marketing, el estilo y la creatividad», explicaba en una entrevista a Expansión.

Hace varias ediciones que los Swan participan en las regatas de la Bahía de Palma, aunque en esta edición su presencia es casi avasalladora, ya que de las 105 embarcaciones participantes, 44 son creaciones del astillero Nautor’s Swan: cinco unidades en clase BMW ORC 1, dos en BMW ORC 2, 16 en ClubSwan 50, 11 en ClubSwan 42 y 10 en ClubSwan 36.

Relación con el Rey

Durante las dos últimas ediciones de la Copa del Rey, don Felipe navegó en el Aifos 500, un Swan 50 cedido por Ferragamo a la Armada española. El propósito de Ferragamo era que esta institución se quedara con el barco tras el pago de más de medio millón de euros, pero el Rey de España paró la operación porque en estos tiempos no consideraba que fuera lo más oportuno este gasto en un barco.

Esta embarcación, que conmemora el medio siglo de la marca, dispone de una eslora de 15,24 metros, la proa tiene forma invertida, toda una novedad, y la quilla de fibra de carbono, de 170 kilos de peso, sostiene un bulbo de 3,5 toneladas. Todas las unidades son idénticas y han sido diseñadas por Juan Kouyoumdjian, conocido por sus proyectos radicales en Volvo Ocean Race y la Copa América. Han vendido varias decenas a un precio de más de un millón de euros por velero, a estrenar, de ahí la rebaja en el precio de compra que finalmente rechazó Don Felipe.

La Armada ha reflotado el velero de 2007 con el que compitieron en la Copa del Rey en el año 2007. Ha sido rebautizado Aifos 500 y el antiguo Traspac 52, a pesar de no tener la tecnología puntera de sus rivales, está haciendo una más que digna competición.