Lola Cuello: «Aquí las novias van en bici al altar»

¿A qué se debe su cambio de residencia de Mallorca y la nueva aventura en Países Bajos?

—Después de mudarme de Barcelona a Mallorca reanudé mi trayectoria en la Isla. Pero me faltaba mundo. Necesitaba continuar de pleno con mi carrera y me veía un poco limitada. Quería vivir la experiencia de salir fuera de España y estuve mirando posibilidades, entre ellas estaba Berlín o California, nunca Países Bajos. Pero justo en ese momento apareció una persona y bueno, me cambió el destino.

¿Cómo es la vida allí?

—Vivimos en Utrecht (Holanda), un sitio muy tranquilo donde mi hijo puede crecer entre naturaleza. Me dedico 100 % a mi trabajo y a él. Sigo adaptándome a la cultura y al idioma, nada fácil. Criar a un hijo con tres lenguas no es fácil, en esta casa debemos pensar un poco más antes de hablar. (Sonríe). Sigo maldiciendo los días de lluvia, que son 250 al año, pero el nivel de vida aquí es bueno y siento que tenemos menos preocupaciones y más oportunidades.

¿Es un país para emprendedores?

—Para comenzar una actividad empresarial como la mía, solo necesitas darte de alta en la Cámara de Comercio. Te dan un número de empresa y ya puedes comenzar a trabajar. No se paga ninguna mensualidad de autónomo, por tanto no hay fijos que cubrir mensualmente.

¿Cómo se vive la situación de la COVID-19?

—Se tardó mucho en tomar decisiones para detener la propagación del virus. Se dio más importancia a la economía y entonces se notaron los contagios. A finales de 2020 se dieron cuenta de la gravedad del asunto y decidieron mirar al sur de Europa e imitarles confinándonos a todos. Este país lleva con la actividad física cerrada desde diciembre y creo que en unas semanas volverá todo a abrir, comercios y sitios públicos.

¿Cómo surge la marca Mini_ian?

—Cuando nace mi hijo, Ian. Tuve un parón en mi carrera por el embarazo y sus primeros meses de vida. Quería cuidarle y estar con él y es ahí cuando quise darle un giro a mi carrera profesional y decidí crear Mini_ian, una marca de ropa infantil. Quise unir el amor por la moda y por mi hijo. Aquí la natalidad es muy alta y creí que podría ser un negocio positivo. Utilizo materiales ecológicos y reciclados que adquirimos a negocios locales. Incluso hacemos nuestros propios estampados y utilizamos tintes ecológicos. Producimos la colección y venta en nuestro atelier.

¿Qué es ‘I just want to play’?

—Son unas piezas de arte hechas con ositos de peluche para expresar los sentimientos y emociones de los niños. En honor a los niños durante la pandemia.

¿Sigue diseñando ropa nupcial?

—Sí, es mi pasión. Pero en este país las bodas, los vestidos de novia en sí no están tan valorados, no les dan la importancia que le damos nosotros. Aquí las novias van en bici al altar o al juzgado. El estilo que quieren es cómodo y funcional. Aunque sea un país económicamente bien posicionado, creen que es una locura gastar mucho dinero en vestidos nupciales.

¿La maternidad cambia el concepto de una diseñadora?

—Yo cambié de adultos a pequeños y trabajaré duro y haré todo lo que pueda y más, pero también quiero disfrutar de la vida junto a mi hijo, y si veo que mi trabajo no me deja, pues cederé tareas.

¿Cuál es el futuro más inmediato de Lola Cuello?

—Seguir luchando por mi marca y nuevos proyectos. Abierta a trabajar de manera freelance para otras empresas. Aunque también quiero tranquilidad y disfrutar de mi hijo.