Sirven para que los niños y niñas pierdan el miedo al agua y se atrevan con las olas.

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Los amantes del surf y las olas van en aumento, sobre todo entre los más pequeños. Es por ello que Dana McGregor, que ama el mar y la sensación de dominar la tabla sobre el agua, lleva varios años enseñando a los niños y niñas que acuden a las playas de California.

Los métodos del surfista, sin embargo, no son del todo comunes, aunque el resultado que obtiene al aplicarlos es magnífico. Su secreto, como el de todo buen mago, son sus ayudantes, y eso que las de McGregor no son humanos... Pismo y Grover, dos cabras, comenzaron su aventura como instructoras de surf cuando Dana las llevó a la playa para que se comieran las malas hierbas.

Fue entonces cuando experimentó la sensación de surfear acompañado y la experiencia superó todas sus expectativas. «En el surf tienes la libertad que no encuentras en ningún sitio, es un hermoso deporte. Surfear trae alegría, paz y libertad, así que quiero que los niños experimenten esas sensaciones», comenta Dana en una de sus múltiples entrevistas.

El curioso entrenamiento del instructor ha llamado la atención pues, como él mismo explica, las cabras sirven para que los niños y niñas pierdan el miedo al agua y se atrevan con las olas, pues los animales dominan la tabla como auténticos profesionales.