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Ibai Llanos causó admiración generalizada en Lo de Évole y acercó a muchas personas de franjas de edad superiores a las de su público por excelencia la labor exitosa que desde hace años realiza en las redes sociales y más últimamente en Twitch, convirtiéndose en uno de los streamers de mayor impacto, no solo a escala nacional.

Tal y como se había prometido, la entrevista de Jordi Évole a Ibai Llanos en La Sexta fue entretenida y con una importante carga de mensaje, más allá de dar a conocer a uno de los personajes más mediáticos y escuchados de España. Arrancó con el testimonio de su padre, un trabajador normal de 50 años a quien el éxito desmedido de su hijo no le ha cambiado tanto la vida.

Lo de Évole retrató a Ibai a sus anchas en su mansión de Barcelona, una casa de alquiler en la que se ha instalado con sus amigos streamers, en la que vivió en el pasado el exmallorquinista Samuel Eto'o y por la que abonan unos 15.000 euros al mes. Aunque lejos de mostrarse vanidoso por su situación de privilegio, Ibai apareció ante el gran público –para el que en general era hasta entonces bastante desconocido– como un ser afable, natural, carismático y humilde, sin esconder sus miedos o sus traumas, como mostró al sentirse violentado al verse en la pantalla.

Un momento especialmente cómico llegó cuando Ibai narró su experiencia en un restaurante de alto standing del centro de Barcelona, al que por motivos de código de vestimenta no le permitieron acceder con pantalón corto. Él ni se había planteado que no pudiera comer en el establecimiento con esas «pintas», y se dio una vuelta por las inmediaciones para comprar algo de ropa y tratar de enmendar el error; todas lo que encontró fueron tiendas carísimas en las que no le entraba ningún pantalón. Finalmente declinó la opción de gastarse 800 euros en uno negro y acabó ese día comiendo un kebab.

A preguntas de Évole Ibai narró como su caso es excepcional. Es consciente de que a él todo ha salido bien y que no es lo habitual; por eso siempre insta a todos los jóvenes a que estudien porque es la forma más fácil de labrarse una vida. Ibai reveló sus problemas de salud relacionados con la ansiedad que le asaltaron cuando cambió de vida y se mudó a Barcelona. También explicó por qué se muestra reticente a trabajar publicitando algunos tipos de empresas interesadas en ligar su imagen comercial a su gran proyección mediática, como el caso de bancos o casas de apuestas.

Évole conectó en directo con el exministro de Sanidad, Salvador Illa, para preguntarle por qué hizo en Nochevieja un tuit agradeciendo a Ibai la labor de concienciación realizada entre los más jóvenes para que esa noche no cometieran desmanes, atendiendo a la situación sanitaria que vivimos en España, y se quedaran en casa viéndole, algo que al propio streamer dijo sorprenderle mucho.

Uno de los puntos más interesantes de la entrevista llegó al comentar el mediático presentador cómo funcionan las interioridades de Twitch, la plataforma digital que está arrasando entre los más jóvenes propiedad de Amazon. En este punto no se 'cortó' ni un pelo, y respondió a cuestiones sobre censura o sobre cómo se financia un creador de contenido como él en esta red social.

Además, Ibai respondió algunas preguntas sobre el paso que han dado algunos youtubers como el Rubius para pagar impuestos en Andorra, y en sus respuestas nuevamente defendió que lo normal en su caso es tributar en España, donde se encuentra bien y a gusto, y que es lógico que abone una cantidad de dinero mayor que una persona que percibe 1.500 euros al mes.

El cierre del segundo programa de la temporada de Lo de Évole tampoco decepcionó. Ibai accedió a mostrarle al periodista catalán cómo se arranca un canal en Twitch y agradeció el interés de Salvados por acercarse a su figura. Évole rompió a reír algo sorprendido, atendiendo al hecho de que ese ya no es su programa, a lo que Ibai esgrimió entre risas que, en verdad, su labor en ambos programas es muy parecida.