Avión Skyraider de la Guerra de Vietnam, de Joan Tarragó.

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La pandemia ha determinado grandes y traumáticos cambios en la vida social pero también ha favorecido algunas aficiones. Es el caso del modelismo. El Centre de Modelisme s’Estel celebró recientemente la entrega de los premios del IV Concurs Ciutat de Mallorca. Un acto que, por causa de las medidas de prevención sanitaria vigentes, no ha podido realizarse en sociedad ni ha contado con la tradicional foto de grupo.

Joan Oliver se alzó con el primer premio con la ‘Rendición alemana en Berlín 1945’; el segundo premio fue para Jaume Cladera, con el ‘Dragón de fantasía (1945)’; y el tercer premio, para Juan Tarragó, con el avión estadounidense Skyraider de la guerra de Vietnam.

A pesar de todos esos obstáculos, el coordinador del centro, Joan Riera, destaca que en un año se han multiplicado las solicitudes para aprendizaje y los encargos de material. «La demanda ha aumentado mucho y por eso hemos tenido problemas de abastecimiento en los productos más solicitados. Pienso que el modelismo es una terapia más que saludable en estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir. Asimismo, ha permitido reunir en familia a distintas generaciones de padres e hijos, e incluso abuelos, en un intercambio mutuo de conocimientos», indica Joan Riera.

Tiempo libre

Al aumentar el tiempo libre del que disponen los aficionados a este hobby, que en Mallorca cuenta con diversos clubes y asociaciones, ha permitido a su vez una mayor participación en este concurso, que ha contado con modelos de las más variadas tipologías. Desde maquetas navales a las de aviación, dioramas de escenas militares históricas o ciencia ficción, han ocupado el tiempo de los participantes.

Según algunos testimonios, ha sido la forma más agradable para muchos de pasar largas horas y la ocasión para montar muchas maquetas, cuya dedicación, con buenas dosis de paciencia y destreza, excede el tiempo permitido en un horario laboral de rigor.

Se trata de una afición compartida desde el obligado distanciamiento social. Reproducir en miniatura vehículos y cuadros escénicos donde se encuentran desde medios de locomoción a construcciones o figuras humanas, es una actividad con larga tradición. Hoy en día, los fabricantes realizan kits de montaje a diversas escalas en piezas para ensamblar, o modelos ‘die cast’ en metal, que pueden modificarse. Pero los modelistas más experimentados realizan los modelos desde cero a partir de planos originales, fotos u otros documentos gráficos.

Modelismo estático y dinámico

Entre estas modalidades se diferencia el modelismo estático para su exhibición que, normalmente, para una mejor protección, se expone en vitrina, del dinámico por radiocontrol, como los barcos navegables, o mediante circuito eléctrico, como el que se aplica en las grandes maquetas ferroviarias. Ambas modalidades cuentan con muchos seguidores en Mallorca.

Gracias a las posibilidades que se abren en internet, el acceso a los conocimientos para la práctica de esta afición se ha visto simplificado de manera considerable, y las compras online permiten disponer de un amplio mercado de piezas. A través de internet y de las redes sociales se puede encontrar información que complementa la actividad que desarrollan los centros de formación existentes, como es el caso de s’Estel, con una larga experiencia.

Joan Oliver, primer premio con ‘Rendición alemana en Berlín 1945’
Joan Oliver, primer premio con ‘Rendición alemana en Berlín 1945’.
Jaume Cladera, segundo premio, con Dragón de fantasía
Jaume Cladera, segundo premio, con Dragón de fantasía.
Joan Tarragó, tercer premio, con el avión Skyraider.
Joan Oliver, primer premio con ‘Rendición alemana en Berlín 1945’
Joan Manzano, finalista del concurso internacional Tamiya.