La temporada de los almedros en flor suele comenzar a finales de enero y se prolonga hasta marzo.

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Baste un dato para entender la importancia de la almendra en Mallorca: el cultivo de este árbol representa el 49,7% de la superficie dedicada a árboles frutales en la Isla, según illesbalearsqualitat.es. No es extraño que tanto el Arxiduc Lluís Salvador como los autores de los diversos estudios económicos de Mallorca hayan dedicado mucho espacio a explicar este producto, por no hablar de los libros de recetas de cocina mallorquina.

Hace miles de años algunas variedades de almendras silvestres no eran dulces ni saludables; contenían toxinas mortales como los glucósidos cianogénicos que liberan cianuro. Ha sido el famoso veneno con gusto a almendras de muchas novelas, y muy usado por egipcios, griegos y romanos para matar enemigos o traidores. En la actualidad, la almendra es un fruto seco muy nutritivo y tiene usos muy variados, e incluso su cáscara sirve como combustible de biomasa.

Joaquim Pourqué es un francés que se instaló en Sóller tras haber sido director de hotel en el Caribe, los Alpes y Marrakech. «Vi que no me gustaba mi vida y decidí dar un cambio. Mi esposa es una enamorada de Sóller y vinimos en 2015». El viraje fue tan profundo, que comenzó a fabricar jabones naturales con el método tradicional de saponificación en frío. Como resultado nació Jabón de Mallorca. «Nuestra filosofía se basa en una producción artesanal con materias primas locales (aceite de oliva virgen de Sóller, aceite de almendra dulce virgen de Mallorca y plantas de la Serra de Tramuntana), productos 100% naturales y respetuosos con el medio ambiente, envases sin plástico y productos que ofrecen los mejores beneficios para la piel». Joaquim es un auténtico hombre-orquesta porque no sólo se encarga de toda la elaboración, sino que también se preocupa de los envases, la comercialización y distribución. «Estoy muy satisfecho con la experiencia porque el cliente, ya sea residente o turista, cada vez demanda productos más naturales». Jabones de manos y cuerpo y aceites corporales con la almendra como protagonista figuran en un catálogo con casi treinta referencias.

Las mil cara de la almendras
Joaquim Pourqué ha pasado de dirigir hoteles a elaborar jabones.

Cuestión de amistad

En 2010, un grupo de cinco amigas, entre las que hay nueras y suegras, se juntaron para transformar la almendra en un valor añadido para la forma de vivir actual, «en la que no tenemos tiempo para cocinar pero apreciamos mucho la calidad y el sabor de las recetas de nuestras abuelas», explica Maria del Mar Socias, quien junto a Dolça Feliu, Catalina Cañellas, Bàrbara Flaquer y Gemma Bes son las creadoras de Ametlla+. Relacionados con la almendra tienen dos productos: «Están los botes cuyo ingrediente principal es la almendra, combinada con otros productos diferentes que se pueden utilizar tanto para cocinar platos tradicionales como para dar el toque de sabor a creaciones de la cocina contemporánea. Por otra parte, contamos con una gama de almendras rebozadas con diferentes ingredientes, ideales para un aperitivo, una merienda o un tentempié. Las rebozamos con curry, con pimentón mallorquín tap de cortí, con tomate seco y romero, etc», explica Socias. Merece la pena echar un vistazo a su página web donde hay recetas y vídeos para inspirar y realizar platos exquisitos y muy saludables de forma rápida y creativa.

Ametlla+ tiene la intención de seguir creciendo en gama de productos, aumentar la distribución en tiendas especializadas e impulsar la venta online, por lo que han actualizado la web. Además, quieren expandir el negocio todavía más en el extranjero, sobre todo en países del norte de Europa.

Las mil cara de la almendras
Botes de almendras de Ametlla+, que cuenta con dos líneas de negocio.

Nuevo proyecto

Fet a Sóller es una empresa muy conocida en el mundo de la gastronomía. Hasta hace dos años, en lo que se refiere a la almendra, su principal uso estaba destinado a los helados. «A finales de 2017 la empresa compró una máquina para elaborar aceite de almendra. No es tan adecuado para cocinar, pero sí como condimento. También elaboramos con el nombre de Foc un aceite de almendra picante sin gluten y vegano», explica el responsable de calidad y desarrollo de la empresa, Lluc Crespí. Otro uso que han encontrado para la almendra es aprovechar el producto resultante de la fracción sólida y elaborar una pasta para untar y también una crema de almendras. «Las almendras fuera de su uso tradicional son un producto difícil ya que no existe tradición para su consumo», señala Crespí.
A través de la página web de Fet a Sóller, también se comercializan los productos de Jabón de Mallorca y Ametlla+.

Las mil cara de la almendras
Lluc Crespí, de Fet a Sóller, junto a algunos de los productos.

Flor d’Ametler, pionero en su uso alternativo

La historia de ‘Flor d’Ametler’ se remonta a hace 80 años con una Mallorca muy diferente a la de ahora. Un día, Bernardo Vallori, paseando bajo los almendros, quedó embriagado por su fragancia y recordó a su madre y a su abuela cuando elaboraban sus propios perfumes macerando sus delicadas flores, junto al romero, la lavanda, la salvia y las mentas. Aquel aroma le hizo decidirse a elaborar su perfume, que a día de hoy perdura. En la actualidad, la cara más visible del negocio es Miquel Àngel Benito, ya que los descendientes del fundador no quisieron continuar con esta labor. Benito, que había fundado Tot Herba en 1976, impulsado por el farmacéutico Antoni Gamundí, modernizó Flor d’Ametler y hoy en día la empresa cuenta con una variada producción de geles, champús, cremas y aceites capilares, corporales y faciales, además del conocido perfume. Tal y como se afirma en su página web: «Para la mujer que ha sido cautivada por la belleza de Mallorca, no existe mejor recuerdo que ‘Flor d’Ametler’, ya que constituye la esencia de la Isla».