Rossy de Palma. | Efe

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Desde Sídney, donde acaba de rodar una película musical junto a Elsa Pataky, Rossy de Palma reivindica la vigencia de Anaïs Nin, una escritora que «abrió muchas ventanas en la psique femenina» y cuyos cuentos eróticos han inspirado la serie «Little birds», que se estrena el próximo domingo en Starzplay.

La actriz mallorquina, que acaba de ser confirmada en el elenco de la próxima película de Pedro Almodóvar «Madres paralelas» -será su octava colaboración-, da vida en la serie protagonizada por Juno Temple a una condesa bastante libertina y «muy poco edificante».

«No me gusta cómo manipula para conseguir llevar a cabo sus deseos sexuales, pero que tenga deseo sexual me parece estupendo, cuanto más deseo sexual y más libido arriba, pues mejor», dice a Efe en una entrevista telemática a pocas horas de coger el avión de vuelta a España.

«Little birds», que se estrena simultáneamente en España, Francia y Latinoamérica, sigue los pasos de una rica heredera neoyorquina, Lucy Savage (Juno Temple), que encuentra en el efervescente Tánger de 1995, un territorio en el que explorar sus fantasías en libertad y descubrir quien es realmente.

Está en Sídney por el rodaje de 'Carmen', una opera prima musical de Benjamin Millepied (marido de Natalie Portman) junto a Elsa Pataky, ¿cómo ha ido el rodaje? ¿la veremos cantar y bailar?
Llevo aquí mes y medio y terminé de rodar ayer (...). A ellos les quedan dos semanas, mañana se van al desierto, a la zona donde se rodó «Priscilla, reina del desierto». Va a ser un peliculón, un musical, no me lo quería perder, es un personaje precioso, Massilda, la madrina de Carmen, hemos hecho un trabajo con bailarines estupendos.

Se acaba de hacer oficial su participación en «Madres paralelas» de Almodóvar. ¿Puede avanzar algo de su personaje?
Poco puedo contar, pero me ha gustado muchísimo el guion, me ha perturbado su lectura, es una película donde pasan muchas cosas todas muy interesantes y va a ser un peliculón.
Ya solo la lectura emociona y remueve mucho. Lo leí aquí recién llegada, aprovechando la cuarentena obligatoria de 14 días, y me dejó dos o tres días removida. Yo me siento en todas las películas de Pedro como si estuviera en ellas, pero bueno, esta más porque estaré con un personaje.

¿Cómo se lo propuso?
Con Pedro no tengo mucho misterio, yo nunca le pregunto nada y cuando hay algo, él me lo dice y ya está. Estaba loca por leerlo y me ha gustado mucho, luego en el rodaje se enriquece todo muchísimo pero solo la lectura, la historia, es muy pertinente y potente y necesaria. No puedo contar más, que como estoy en Australia y se ha hecho oficial mientras estoy aquí, a ver si hago algún 'spoiler'.

Hablemos sobre la serie que estrena el domingo, «Little birds». ¿Había leído a Anaïs Nin?
La leí en mis 20 años, sus relatos eróticos, me interesó mucho porque, como el personaje de la serie, ella recorrió caminos que ninguna mujer había pisado antes. Había en ella una búsqueda, una necesidad de afirmarse sexualmente, pero sobre todo de descubrirse.
Se le ha tachado mucho de provocadora, pero ella lo que no quería era tener todos estos condicionamientos que nos ponían y nos siguen poniendo a las mujeres. A Anaïs le tenemos que agradecer que abrió muchas ventanas en la psique femenina.

Su personaje, la condesa, es un poco manipuladora...
Un periodista francés me acaba de decir que mi personaje es como muy sexual. A mí lo que no me gusta es cómo manipula para conseguir llevar a cabo sus deseos sexuales, pero que tenga deseo sexual me parece estupendo, cuanto más deseo sexual y más libido arriba pues mejor.
Esto de que las mujeres sean sexualmente activas aún no... Otra cosa es que ella abusa de su poder y lo que no puede coger lo compra o chantajea para conseguirlo. Esta condesa no es muy edificante, lo que mejor tiene es su armario, he disfrutado mucho vistiendo de esa época.

¿Usted se siente representada en esa búsqueda de libertad?
Todos nos sentimos representados en la búsqueda, todos estamos buscando quienes somos y lo importante es tener una vía libre al descubrimiento sin cortapisas previas o el qué dirán. Cuando yo era joven pesaba mucho el 'qué dirán', pues que digan lo que digan, no te vas a perder la vida por el 'qué dirán'.
Desde muy jovencita siempre he dicho que no me gusta definirme porque definirme es limitarme. Yo misma no sé quien soy, lo voy descubriendo cada día, si ya me tengo que poner una definición ya me he puesto una acotación, se acaba el camino, no le quiero poner puertas al campo ni a nada, yo qué sé quien soy.