Javier Bernal y José de la Peña entregaron el sábado pasado las primeras 30 bolsas de comida. | T. AYUGA/P.PELLICER

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Deporte, aire libre, distancia social y ganas de colaborar por una buena causa. Estos son los ingredientes de la iniciativa solidaria que han puesto en marcha hace tan solo una semana Javier Bernal y José de la Peña, dos entrenadores personales que padecen, como tantos otros en su sector, las restricciones provocadas por la pandemia.

El cierre de los gimnasios ha reducido al mínimo su trabajo, y para no perder el tiempo ni el buen estado de forma ofertan a través de las redes sociales entrenamientos grupales en espacios abiertos. ¿Uno más? En absoluto. Lo dejan claro desde el principio cuando alguien se interesa en unirse al grupo. No piden dinero por las clases, que se imparten en la zona verde de Son Morro 2, en Palma, solo dos cosas: «Comida imperecedera que se destinará a causas sociales, y que promocionen la sesión con un vídeo o foto en Instagram etiquetando al equipo de entrenadores con su cuenta (your­_personalfitness)», explica José de la Peña, uno de los instructores embarcados en esta aventura solidaria, que se dedica profesionalmente al entrenamiento personal desde hace cinco meses, tras cambiar radicalmente de vida con 40 años y dejar su trabajo en el sector de la hotelería.

Aventura solidaria

La respuesta del público ha sido tan positiva, que el sábado ya hicieron entrega al comedor social Tardor de una primera remesa de 30 bolsas con bricks de leche, botellas de aceite, conservas, arroz, pasta y legumbres. «La iniciativa funciona gracias al boca al boca de los participantes y a las redes sociales. Es sorprendente lo generosa que está siendo la gente», explica Javier Bernal, organizador de estas clases gratuitas, exmilitar, entrenador personal, coach motivacional y preparador especializado en la Spartan Race desde hace siete años.

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Más de 50 personas se han sumado a esta iniciativa.

«Los primeros en apuntarse fueron algunos de nuestros clientes, pero ahora llega gente que nos ha conocido en las redes sociales, amigos o familiares de algún participante... Unos vienen solo a una clase, otros son repetidores fieles. En el grupo de WhatsApp ya somos 50 en una semana, y en cada clase reunimos a 15 o 20 personas. Siempre cumpliendo la normativa COVID: haciendo grupos, manteniendo la distancia social... Somos muy serios en este asunto», apuntilla Bernal.

Por su parte, José de la Peña recuerda que las clases no son una broma. «Nos lo tomamos tan en serio como cuando la sesión es de pago. Ofrecemos entrenamientos variados: full body, piernas y glúteos. Traemos troncos y neumáticos para trabajar el equilibrio... esto es serio», advierte el preparador físico, al tiempo que señala que este proyecto continuará la próxima semana. «Y puede que se alargue aún más si los espacios deportivos se mantienen cerrados», finaliza.