Su compañía puede disminuir la presión arterial, la frecuencia cardíaca e, incluso, la necesidad de algunos medicamentos.

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Llevan décadas ejerciendo como guías para personas con discapacidad visual o de estupendos rastreadores para la búsqueda y rescate de personas desaparecidas. Sin embargo, las altas capacidades de los perros para reducir los síntomas de la ansiedad y la depresión de los humanos así como su idoneidad para trabajar en terapia han sido menos estudiados hasta el momento y es otro terreno donde el llamado ‘mejor amigo del hombre’ tiene mucho que aportar.

Investigadores de la universidad norteamericana de Purdue en Indiana determinaron no hace mucho en una investigación que los perros empleados en terapia en hospitales y centros de salud podrían ser la respuesta para reducir no solo los síntomas de la ansiedad sino el uso de medicamentos.

Según los resultados obtenidos, la exposición de los pacientes a un perro de terapia redujo su ansiedad en un 35% y solo 1 de cada 40 (en el estudio participaron 80) recibieron la prescripción de un medicamento opioide durante su estancia en urgencias en comparación con los 7 de cada 40 del grupo de atención habitual.

Más recientemente la Fundación Affinity y la Universidad Complutense han puesto en marcha Compludog, un programa de Terapias Asistidas con Animales de Compañía que busca influir positivamente en los niveles de estrés y ansiedad, el bienestar y la socialización de los estudiantes universitarios.

Según sus conclusiones, el contacto de los estudiantes con los perros contribuyó a mejorar su estado físico y emocional por su gran capacidad para motivarles y activar en ellos hormonas como la oxitocina, relacionada con el placer y el bienestar. Además, las terapias con perros incrementan las endorfinas, los neurotransmisores relacionados con la felicidad y reduce el cortisol en sangre, indicador fisiológico del estrés.

Los expertos de la Fundación consideran que la compañía y ayuda del perro produce mejoras en el estado de ánimo, mayor intereses en el contacto social y disminución del sentimiento de soledad porque favorece que la persona rompa barreras. A nivel físico, además, la presencia del can puede disminuir la presión arterial, la frecuencia cardíaca e incluso la necesidad de algunos medicamentos.

Las terapias asistidas con animales pueden considerarse, por tanto, una intervención con muy buenos resultados para tratar problemas emocionales, sobre todo de adolescentes, personas mayores y pacientes con problemas de ansiedad pudiendo ofrecer soporte en cuestiones tan importantes como:

- Aliviando sentimientos de miedo o ansiedad que las personas pueden sufrir en determinadas situaciones sociales y fomentando, por extensión, la socialización.

- Reduciendo la sensación de soledad.

- Haciendo que la persona se sienta necesario y útil al tener que responsabilizarse de su cuidado.

- Ayudándole a que haga ejercicio físico gracias a los paseos juntos.

- Elevando la autoestima. Sendos estudios de las universidades de Miami y Saint Louis demostraron que las personas que tienen animales en su hogar tienen la autoestima más alta y se sienten menos ansiosos.

- Reduciendo la preocupación y el estrés por las cosas que no se pueden controlar y ayudando a no poner el foco de forma constante en determinados pensamientos.

- Potenciando el desarrollo de las habilidades de regulación emocional. Ya que gracias al cuidado de una mascota se incrementa la empatía y la capacidad para cuidar de cualquier otra persona.

- Desarrollando mejores hábitos de sueño al poner en marcha rutinas que les obligan a estar pendiente del animal para su alimentación o paseo.