Gabriel Cañón, con el trofeo que le acredita ganador del TaPalma 2020.

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Gabriel Cañón (Málaga, 1989) se encontraba este lunes tan exultante como sorprendido al ser nombrado ganador del TaPalma 2020. Nacido en Málaga en 1989, reside en Palma desde hace cuatro años.

¿Qué le impulsó a venir a Mallorca?
– Estudié cocina en Córdoba y pensé que aquí iba a tener más oportunidades de trabajo. No me ha ido mal en este tiempo porque he trabajado en Ros de Mar, en Can Barbarà, Rosa Chica y hace seis meses que estoy en Maleva, situado junto a la plaza Raimundo Clar.

¿Cómo se le ocurrió su tapa ganadora?
– La tortilla de camarón es una tapa típica de la cocina andaluza y pensé en hacer una versión cambiando los ingredientes, adaptándolos a los productos de la Isla, pero manteniendo la esencia.

¿Formaba parte de la propuesta gastronómica del restaurante?
– No, ha sido algo que hemos creado para el concurso, pero me imagino que sí la incorporaremos a nuestra oferta diaria.

¿Era la primera vez que participaba en un concurso?
– Sí, y la verdad es que no estaba nervioso. Lo estoy ahora bastante más (risas). El hecho de haber sido el primer concursante creo que me ha beneficiado para que los nervios no se apoderaran de mí.

¿Hay tradición culinaria en su familia?
– La verdad es que no, pero desde pequeño siempre me sentí muy atraído por la cocina y tenía claro que me quería dedicar a ello.

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¿Cómo definiría su cocina?
– Clásica, me gustan los platos de toda la vida. Quizás un poco actualizados a estos tiempos, pero sin perder su esencia, dando importancia sobre todo a una buena materia prima y al producto de temporada. Me gusta la innovación, pero con la base de la cocina clásica.

¿Qué tal su relación con el resto de concursantes?
– Muy buena; hemos estado hablando en los boxes antes de empezar el concurso y nos hemos deseado suerte.

¿Hay algún cocinero en el que se fije especialmente?
– Martín Berasategui es para mí todo un referente. Sé que ha estado varias veces en Mallorca, pero aún no he tenido la oportunidad de conocerle.

Me imagino que estos meses estarán siendo muy difíciles para el restaurante.
– Sí, como para todos, no creo que haya ningún restaurante que esté contento. Nosotros estamos teniendo la suerte de que, desde que se reabrió el restaurante tras el confinamiento, estamos contando con una clientela fiel, pero no son buenos tiempos para nadie.

¿Qué es lo que más le gusta cocinar?
– En general todo, pero si tuviera que elegir me decantaría por la carne y los asados. El pescado también se me da bien. Pero lo que más me cuesta es la repostería.

¿Su plato preferido?
– Cualquiera que haga mi madre, sobre todo sus albóndigas con salsa de carne.