Antifaces y mascarillas, en NovenoB. | M. À. Cañellas

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Están en la calle 31 de diciembre pero para ellos la Nochevieja se celebra el lunes 23 de noviembre para despedir este nefasto 2020. El restaurante NovenoB, que reivindica su ‘cocina canalla’, propone a sus comensales el banquete de final de año y comerse las uvas antes del toque de queda (si el BOIB no cambia los planes).

«Quiero que sea un cena de gala, que la gente se ponga guapa y que se vaya a tomar por saco este año», dice Javi González, que ha cometido la osadía de abrir un restaurante el 6 de septiembre. «Durante el confinamiento tuvimos que cerrar nuestra cervecería y hemos visto muchos locales que se han quedado por el camino. Pero dentro del desastre, yo veía horizonte», cuenta el empresario, que pudo elegir local entre los muchos que, por desgracia, han ido cerrando.

Experimentar

La receta para sobrevivir en estos tiempos tan complicados son sus cenas a ciegas, o sin cubiertos, donde se come con la mano y se sirve comida colgada de palos que debe cazarse a bocados. Las reservas se completan en solo ocho horas. «La gente quiere divertirse y probar algo distinto. Y aquí no vienes a comer un ‘pa amb oli’ o chopitos», advierte González, que tiene al chef Álvaro Mc Coy creando platos como gambas con churros o una carrillera servida con croissant.

Además de la cena de Nochevieja en noviembre, esta misma semana ha celebrado la Cena a Ciegas. Todos los clientes se colocan un antifaz y desde que entran solo podrán guiarse por el tacto, el olfato y, claro está, por el sabor. «Los comensales pierden la vergüenza y acaban hablando a gritos o lamiendo los platos», cuenta el hostelero que ejerce de maestro de ceremonias durante la cena.

Los comensales buscan a tientas sus cervezas y mantienen una animada conversación sin móviles. Los camareros posan los platos y les invitan a hundir los dedos en una arena de palomitas que esconde dos gigantescas croquetas. O una sopa fría con un ingrediente secreto. «¡Gambas!» o «¡bogavante!», gritan lo comensales. González reta a los clientes a adivinar los ingredientes.

En esta época de COVID y Tinder, ya le han pedido hacer una noche de First Dates. Ligar y comer es un desahogo en estos tiempos.

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El equipo de NovenoB crea eventos singulares lunes y martes; el resto de la semana, la cocina creativa toma su menú y carta.