Una pareja se abraza. | Pixabay

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Tras aplicar restricciones que en las últimas semanas han hecho descender los contagios por Sars-CoV-2 y las hospitalizaciones, Bélgica ha conseguido contener también el número de pacientes ingresados en cuidados intensivos por coronavirus por primera vez en la segunda ola. En sus nuevas reglas de encierre, el gobierno contemplaba la inserción de la figura del "knuffelcontact", el 'compañero de mimos', que es una ayuda fundamental para mantener la salud mental de los confinados.

Así lo definió el primer ministro belga, Alexander De Croo: «La única respuesta es proteger el sistema de salud y para ello debemos evitar en lo posible cualquier contacto físico». Sin embargo, contempla una excepción: «Cada miembro de la familia tiene derecho a un 'compañero de mimos'. Las familias solo deben invitar a uno de ellos a casa a la vez. No se puede recibir otra visita domiciliaria. Hay una excepción para los que viven solos: pueden invitar a otra persona además de su contacto de abrazos, pero no al mismo tiempo».

Algunos países habían introducido medidas similares durante la cuarentena anterior, pero la función del acompañante especial, destinado a quienes vivían solos, se limitaba principalmente a un propósito sexual.