Arantxa de Benito ha descansado con su novio en Mallorca. | Esteban Mercer

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La presentadora Arantxa de Benito ha pasado unos días de descanso en Mallorca acompañada de su pareja, Jairo Soguero, con el que lleva año y medio de relación. Juntos han disfrutado de la tranquilidad del hotel Son Caliu, donde nos han recibido. Arantxa se hizo muy famosa en los años noventa como presentadora de musicales en la televisión. Su boda con el jugador de fútbol Guti, con el que tiene dos hijos, la convirtió en uno de los personajes más codiciados por la prensa del corazón. Lejos de aprovecharse de la situación, la presentadora siguió con su trabajo en la tele, y hasta hoy. En esta entrevista exclusiva con Ultima Hora habla de quién es hoy y de cuáles son sus inquietudes como mujer con una vida privilegiada.

¿Cómo ha sido su experiencia de vacaciones en una Mallorca otoñal?
— Ha sido, como yo lo llamo, un kit kat otoñal , más que unas vacaciones. Ojalá hubiéramos podido estar más tiempo en esta maravilla que es Mallorca en otoño y en ese lugar fantástico que es el hotel Son Caliu. He disfrutado de la tranquilidad, de la temperatura tan agradable y del solecito que nos está regalando este otoño tan atípico en todos los sentidos. He disfrutado de la gastronomía local, de algunos amigos que conozco desde hace tiempo y que he podido reencontrar. Han sido uno días, pocos repito, estupendos. Valoración diez. Volveré.

¿Había estado en la Isla en esta época del año?
— No recuerdo haber estado en otoño en Mallorca, pero en la Isla he estado muchas veces. Las Baleares son una apuesta segura en España. Creo que la primera vez vine con doce años, con mis padres, y desde entonces he regresado de manera periódica. Soy más asidua de Eivissa, pero el resto de las islas también las disfruto mucho.

¿En qué momento de su vida se encuentra?
— Muy tranquila y estable. Y con muchas preocupaciones debido a la situación actual. Es un momento de mucha reflexión, no todos los días son iguales, pero sentimentalmente estoy estable, laboralmente luchando, y disfrutando.

Ha venido acompañada de su pareja actual. El lugar elegido no puede ser más romántico para una escapada de fin de semana...
— Como Mallorca ahora, Son Caliu es una maravilla. Aquí se respira paz, tranquilidad, la temperatura es perfecta y uno se puede dar un baño de sol y agua en pleno otoño. Hay que ser consciente de la suerte que tenemos viviendo en España y tener esto tan a mano. Aquí nos han cuidado con masajes, desayunos increíbles. Bajar a la calita privada a tomar el sol en la más estricta intimidad es un lujo. Jairo Soguero y yo estamos en lo mejor de nuestra relación, llevamos año y medio juntos imagínese, así que recomendamos a todos una escapadita como esta que hemos disfrutado nosotros.

Usted lleva muchos años en la profesión. Comenzó su carrera de modelo y presentadora de televisión siendo muy joven. ¿Cómo recuerda sus inicios?
— Comencé con veintidós años, presentando programas de música en televisión española. La tele ha cambiado como todo en los últimos treinta años. No digo que la tele de ahora no me guste, pero echo en falta más programas de entretenimiento como los que nosotros hacíamos, instructivos, de música, que ya no hay. Echo de menos a los artistas cantando en directo, al público bailando y admirando a sus artistas. Eso ya no existe. Creo que viví uno de los momentos mejores de la música española, en plena juventud y amando la música, soy melómana, amo todos los estilos. Entrevisté a Miguel Bosé, a Lenny Kravitz, a todos los grande de la época, y con 20 años. Eran mis ídolos y me temblaba todo. Fue una época maravillosa.

Hay quien cree que el suyo es un trabajo fácil…
— No soy partidaria de la gente que juzga los trabajos. Los trabajos son fáciles o difíciles en función de cómo los hagamos nosotros.

¿Presentaría un magazine diario en el que primara la actualidad política?
— No, sería incapaz y menos con la que esta cayendo. Estudié Ciencias Políticas durante un año y me di cuenta de que no era lo mío. No me gusta la política de hoy en España.

Recuerdo su boda en Los Jerónimos con Guti. ¿Cómo se vive algo así, ser el centro de la noticia?
— No fue una boda, fue un ‘bodón’. Lo viví como todas las novias salvo que la mía fue por todo lo alto. Nunca imaginé que esa boda iba a generar tanta expectación, ni Guti, ni nadie. Mi entrada en la iglesia, con mi ramo de lirios y ese vestido maravilloso, la recuerdo como un momento de muchos nervios porque no podía ni pasar. Era el día más caluroso del verano, se rompió el coche que tenía que llevarnos a la iglesia y aun y así lo recuerdo como un día muy bonito.

¿Cómo se vive la fama en la juventud y después en la madurez?
— Nunca he querido ni pretendido ser famosa. Empecé trabajando en programas de televisión y fue mi trabajo el que me dio la popularidad. Siempre he sido, dentro de lo que cabe, bastante discreta.

¿Cómo consigue estar tan bien física, e imagino que mentalmente, en las circunstancias actuales?
— Tengo que dar muchas gracias a la genética pero me ayudo con un poco de ejercicio, y de lo que no hay duda es de que tu estado anímico influye mucho. El secreto es intentar sonreír, ser feliz todo lo que se pueda, buscar la paz y alimentarse bien, es fundamental.

No perder los papeles durante tantos años, mostrar respeto por la prensa, lejos de ser normal es un mérito…
— Podría haber aprovechado mil oportunidades que desaproveché porque soy persona antes que ninguna otra cosa. Nunca quise ser un producto y mucho menos durante mi matrimonio y como mujer de. Evité ese camino. Soy madre de dos hijos y eso sí que es una responsabilidad. La niña, Zaira, de diecinueve, y el niño, Aitor, de dieciocho, así que imagínese lo entretenida que estoy. Estamos en plena ebullición, es complicado educarles y más cuando la educación es monoparental. Que en plena juventud te toque vivir una pandemia que te mantiene en casa es una faena gordísima. A la gente joven les están robando la juventud y a la gente mayor también. Se les ha ido mucha luz con esta guerra que estamos viviendo. En la guerra nadie gana, hay que adaptarse y responsabilizarse cada uno de nuestros actos.