Neus Vallori y Sebastián Beckers, en Alcúdia a bordo de la embarcación restaurada.

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Han sido tres años de arduo trabajo de restauración que prácticamente no finalizaron hasta ayer mismo, cuando el velero L’Absurd volvió a su hábitat natural tras haber estado en dique seco desde 2018.

A primera hora, esta embarcación de unos 10 metros de eslora construida en 1947 abandonó el taller de carpintería del mestre d’aixa Sebastià Vidal, situado en Vilafranca. A bordo de un vehículo ‘golondrina’ preparado para el transporte de barcos por carretera, la comitiva llegó al Puerto Cocodrilo en la Marina de Bonaire, donde fue botado.

Neus Vallori y Sebastián Beckers, propietarios de la embarcación que anteriormente se llamaba Freu, pero que al adquirirla la cambiaron por el nombre de L’Absurd por el poco sentido que les decían que tenía esta compra y su idea de restauración, pronunciaron un discurso emotivo. «Hemos dado las gracias a las personas que han participado en esta labor, sobre todo a Sebastià (Vidal)», explicó Neus.

Debido a las adversas condiciones climatológicas, Neus y Sebastián no pudieron hacerse a la mar. «Nuestra intención es destinar el barco a nuestro disfrute, no pensamos en alquilarlo y nos encantaría que la primera travesía que hagamos sea de Alcúdia a Menorca y luego recorrer todo su litoral», explicó la armadora, quien no quiso decir cuánto les ha costado la reparación. «Si hubiera que calcular sólo el esfuerzo, no lo hubiéramos podido pagar».

Sebastià Vidal, tercero por la izquierda, junto a su equipo.