Marina y Juan comparten su casa con ‘Koda’, ‘Yato’, ‘Io’ y ‘Zoro’.

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Tal vez no lo sepan muchos de sus dueños, pero los hurones (no son fures) son de los pocos animales que pueden contagiarse con el coronavirus y transmitir el virus entre ellos. No pueden transmitir el virus a los humanos. En Mallorca hay más de 200 hurones considerados como mascotas. Eso quiere decir que sus dueños aceptan sus costosos cuidados, sus 18 horas de sueño al día, sus ganas de jugar y su tremenda curiosidad.

«Desde hace un año que no hacemos quedadas. La mayoría de la gente no los saca a la que calle por motivos de seguridad. Lo que yo recomiendo es que intenten no sacarlos fuera, que no cojan frío y que sólo estén en contacto con la gente que vive en su casa. Pueden coger el virus y, en menor medida, también contagiar a otros hurones», afirma Vanesa Ester Noguero, presidenta de la Asociación Hurones de Mallorca, entidad fundada junto a su marido, Xisco Carrillo Pérez, hace ya más de diez años.

El hurón es delicado. «La cuestión es que el coronavirus siempre ha estado presente en los hurones, pero les producía sólo un problema intestinal. Ahora está la otra variante del virus, que también les afecta».

Vanesa ha llegado a tener hasta diez hurones en su casa. Afirma que si cogen el virus, no se transmite a los humanos, pero sí puede hacerlo con otros hurones.

Vanesa recuerda el origen de su pasión por los hurones. «Hace 15 años yo tenía dos iguanas. Fui a un veterinario de animales exóticos (el hurón también lo es) y este chico tenía en una jaula dos hurones. Los soltó y me enamoré de su personalidad. Es un animal que está entre el perro y el gato: no es tan dependiente como el primero ni tan independiente como el segundo», afirma.

Desde entonces han pasado ya más de 15 años y ha llegado a tener en casa hasta diez hurones (entre suyos y en búsqueda de adoptantes). A través de la asociación, han podido dar en adopción cerca de 200 ejemplares, algo que hacen de forma legal. Algunos los encuentran por la calle, otros les llegan a través del COFIB o de Son Reus.

Ana disfruta con su hurón ‘Lucas’.

La asociación no tiene socios, es un grupo libre. Sus ingresos procedían de pequeños actividades que realizaba a lo largo del año. «Nunca hemos querido exigir a la gente por estar ahí. Pero tenemos muchos amigos: si necesitamos una casa de acogida, la tenemos, al igual que pienso...», señala. El hurón no es una mascota fácil. Vanesa y Xisco han tenido cerca de 15 propios.

Miquel, con su mascota ‘Luna’.

«Hay mucha gente que solicita uno, pero a veces luego no los quieren. Nosotros no pedimos dinero por la adopción, pero en el contrato se exige que en un período no superior a tres meses tienen que castrarlo, ponerle el chip y vacunarle (por la salud del animal y por ley). Puede suponer unos 300 euros de gasto.», dice.

«No es un animal destructivo, excepto en el caso de los sofás. Les encanta crearse una madriguera rompiendo el forro de abajo. Su punto débil es la curiosidad. Se pueden meter en cualquier agujero».

Joana Munar, junto a ‘Moon’.

Salud

La gente que quiera adoptar debe informarse muy bien. «Los primeros cinco años suelen tener una salud muy buena, pero los dos o tres últimos, no. Y eso requiere un esfuerzo por parte de los dueños, tanto en el tema de comidas (es posible que tenga que darle de comer cada tres horas) y en cuestión de atención médica», añade Vanesa.

Amparo Moreno, con ‘Igor’ y ‘Noa’.