Celebración con buñuelos y serentas en los colegios. | Julián Aguirre

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Los pequeños alumnos de Infantil, de cuatro años, del colegio Sagrat Cor de Palma no conocen que tradicionalmente, con motivo de la festividad de ses Verges, algunos abuelos acudían al colegio a elaborar los típicos buñuelos fritos para que todos los escolares se deleitasen con el riquísimo dulce. Quizás el año que viene podrá ser, pero a pesar de la COVID-19 no se quedaron sin la típica fiesta a base de buñuelos y serenatas.

Manteniendo todas las medidas de seguridad sanitaria, muchos colegios apostaron por que sus alumnos llevasen sus propios buñuelos, de viento, crema, trufa o nata, en sus tappers de la merienda para, en la hora de recreo, dar cuenta del típico dulce.

«Otros años los niños traían flores y las niñas buñuelos. Luego escenificábamos el intercambio y entre todos disfrutábamos de la jornada», comentan Carmen Barrado y Juana Mari Escanellas, profesoras del colegio La Salle, de Palma. Además de aprenderse una poesía, los pequeños merendaron los buñuelos que cada uno había traído de casa y durante la clase realizaron un dibujo de buñuelos, claveles y unas medallas.

La pandemia tampoco pudo con las ganas de profesorado y alumnado de Bachillerato del colegio Sant Josep Obrer, y rindieron tributo a Santa Úrsula entregando claveles rojos, como siempre con un mensaje de solidaridad hacia los más necesitados.

Homenaje a los abuelos

Siguiendo la tradición, los pequeños de Infantil del colegio Sagrat Cor y los profesores Cata Palau de Comasema, Lola Rubí, José Gálvez, Marc Clar, Cati Pol y Marga Busquets ensayaron la versión de la canción Clavelitos, que dedican a sus abuelos y abuelas. En esta ocasión los adultos no entraron en clase, pero sí hubo actuación. Durante la representación, con las aulas vacías de público, un profesor grababa la función con su teléfono móvil para luego enviar el video al grupo de chat de papás y mamás.

Son niños de la generación COVID-19, algunos con mascarillas, y ya acostumbrados al hidrogel. «Quizás el próximo año volvamos a celebrarlo como siempre», comenta José Gálvez, profesor de Infantil, mientras se coloca la capa de tuno y coge su guitarra. Cata y otras compañeras vestían a sus pequeños alumnos con una original indumentaria de tunos creada por ellas, para que no faltase la fiesta en ninguna de las aulas.