La ingenuidad de los más pequeños muchas veces provoca 'momentazos' divertidos.

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Si hay una característica frecuente en los niños es su inocencia. La ingenuidad de los más pequeños muchas veces provoca 'momentazos' divertidos para el recuerdo, pues incluso en las situaciones más serias son capaces de sacar una sonrisa con sus acciones.

Eso es lo que ha sucedido durante una celebración religiosa en una iglesia cuando una niña se ha acercado al altar para recibir la bendición del cura. Se desconoce si es un bautizo o una misa común, pues la niña parece demasiado pequeña para la comunión.

La pequeña, de la mano de una mujer y ambas con mascarilla, estaban junto al sacerdote. Tras recitar el 'Padre nuestro' y hacer la señal de la cruz, el cura extendió su mano para bendecir a la niña, gesto que ella interpretó de otra manera.

La pequeña alzó la mano y se la chocó al sacerdote, quien no pudo evitar reírse y le fue muy difícil continuar su oración. La mujer que iba con ella, sin embargo, la cogió del brazo para que no volviera a hacerlo, mientras la niña miraba desconcertada para otro lado como ajena a lo que había sucedido.