El inicio del otoño suele empeorar el estado de ánimo de muchas personas. | Pixabay

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El inicio del otoño suele empeorar el estado de ánimo de muchas personas y este año se ve incrementado debido a las consecuencias derivadas de la pandemia de la COVID-19.

Marga Almarcha, coach de salud y experta en inteligencia emocional aplicada a la nutrición, explica que «la caída de las hojas marca un antes y un después, aleja el verano y nos acerca al otoño. Una estación donde la luz cambia, haciendo que las tardes sean más cortas y la temperatura, agradable hasta estos momentos, empieza a bajar lo que nos pone sobre aviso de lo que está por venir».

En este sentido, añade que «los cambios de estación, queramos o no, tienen un efecto directo sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro estado de ánimo. Pasamos de estar con energía para hacer esas actividades típicas del verano a estar más cansados, quizá con falta de concentración y en ocasiones alteraciones del sueño. Estos efectos pueden variar de una persona a otra, ya que va a depender en la mayoría de los casos del momento en el que se encuentren».

Además, destaca que «la situación actual de pandemia, unido a la inestabilidad laboral y a los meses de confinamiento que hemos tenido, pueden dar lugar a un estado de ánimo más bajo que derive en algo más preocupante, ya que nos podemos aferrar a pensamientos que no nos dejen avanzar. En estos casos transitar y fluir por la nueva estación se antoja más complicado».

Recomendaciones para ser más felices

En este punto, sostiene que «poner atención en las causas para poder ponerles remedio de forma anticipada puede ayudar a mantener la ilusión y, sobretodo una buena estabilidad emocional no sólo en otoño, sino también durante todo el año».

Para ello, Almarcha aconseja «mirar la vida con unas gafas diferentes, esas que nos posicionan en el sí, nos ayudará a marcarnos nuevos objetivos que nos ayuden a sacar lo mejor de nosotros, a pesar de las circunstancias».

Otra de las claves es el autocuidado, que resulta «fundamental para poder mantener un mayor bienestar interno y que éste se traduzca en una forma más positiva de relacionarnos con el exterior».

«¿Cuánto haces que no bailas sola en casa con la música a todo volumen? ¿Has probado cómo te sientes? Es una forma como otra cualquiera de cuidarte y de conectar con lo que está vivo en tí», plantea la coach de salud y experta en inteligencia emocional aplicada a la nutrición.

Otras de sus recomendaciones son «salir a dar un paseo por la naturaleza o viendo el mar, escuchar música relajante en un sitio tranquilo, leer ese libro que tanto querías o tomar un café con esa amiga que tanto echas de menos son pequeñas cosas que, sin darte cuenta, te aportarán grandes beneficios…¿sabes por qué? Porque te estás dedicando tiempo a ti».

La alimentación es clave en el estado de ánimo

Almarcha precisa que «si también cuidamos la forma en la que nos alimentamos conseguiremos acercarnos a nuestra mejor versión. Es el momento de equilibrar nuestra alimentación y de reforzar nuestro sistema inmunitario. Si llevamos una alimentación consciente basada en alimentos de temporada, proximidad y ecológicos tendremos en nuestras manos la llave de nuestra salud».

En este sentido, explica que «en otoño, necesitamos alimentos que nos den calor, nos refuercen, calmen y relajen. Es momento de llenar tu cesta de la compra con cereales optando por el trigo sarraceno, la avena, el arroz corto y la quinoa. De que el color naranja inunde tu cocina en forma de calabaza, zanahorias, mandarinas y naranjas. Que el blanco del hinojo, el nabo y la chirivía te acerque a esa nieve que estar por caer…en una palabra que tu nevera y tu despensa sea un tapiz de colores que te inviten a cuidarte».

Su consejo es crear platos nutritivos y dulces como por ejemplo arroz con calabaza y castaña, croquetas de mijo, quinoa con zanahoria y cebolla… «Darnos ese calor que necesitamos con sopas hechas de verduras redondas como la col, la cebolla…y nos calmen en esas noches frías».

En su opinión, «esta época del año es ideal para aumentar el uso de las legumbres en guisos o estofados, como también incorporar las proteínas vegetales como el seitán, tempeh…que te ayudará a tener más variedad en la cocina».

«Pasaremos de cocciones frías típicas veraniegas a cocciones más largas que nos darán ese calor que tanto necesitamos. Cocinar al vapor y estofados, combinados con salteados cortos y escaldados nos ayudará a mantener un equilibrio en nuestros platos», señala.

También destaca que «un papel importante en esta estación lo tendrá, sin duda, la fruta. Si en verano optábamos más por batidos y frutas exóticas, ahora nuestras protagonistas serán la granada, la manzana (siempre imprescindible), albaricoques, ciruelas, peras, caqui…; con su poder saciante, ricas en agua y un importante aporte en vitamina C, se hacen merecedoras de un lugar destacado en nuestra alimentación de otoño».

Para concluir, señala que «lo más importante es escuchar a nuestro cuerpo, sin tener miedo a experimentar en la cocina con todo eso que la naturaleza nos está poniendo a nuestro alcance».