Toncho Enev, a la izquierda, con participantes en el torneo internacional celebrado recientemente en la playa de Can Pastilla. | Emilio Queirolo

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Dice Toncho Enev que el bumerán siempre vuelve una vez lanzado. Tan sólo hay que tener en cuenta la velocidad del viento y lanzarlo por la derecha con el viento de cara. Toncho es el presidente de Bumerang Club Virazón, creado en Palma hace 14 años. «Es el único club deportivo de bumerán en España.

Organizamos también torneos internacionales, como el que se celebró recientemente en Can Pastilla», afirma. Por cierto, el primer puesto lo consiguió Alejo Palacio; el segundo, Guillem Parmain, y el tercero, Bill Hirst.

Perfil aerodinámico

El búmeran o bumerán (del inglés boomerang) es un arma que, tras ser lanzada, si no impacta en el objetivo regresa a su punto de origen debido a su perfil aerodinámico y la forma de lanzamiento especial. Consiste en un palo de una longitud variable, pero raramente superior a 50 cm, ligeramente curvado en ángulo hacia su mitad (lo que le confiere el efecto necesario para describir vuelos circulares). Puede ser redondo o con los bordes afilados, aunque también existen modelos con forma de aspa.

«Por lo general, nosotros fabricamos nuestros propios bumeranes. El que más me gusta es el que tiene dos palos. Si tienen tres o cuatro, es más preciso y fácil de atrapar. No se necesitan muchas habilidades para lanzarlo. Se lanza como cualquier objeto, contando con el viento y el ángulo de inclinación. Hay bumeranes muy ligeros. No es preciso ningún entrenamiento físico especial. También se puede disfrutar de este deporte en casa. Para interior, hay bumeranes de papel o cartón. Te sientas en el sofá y puedes pasar un rato lanzándolo. Todos vuelven, eso es así. Yo he hecho uno de cartón muy esponjoso. Vuela entre tres y cuatro metros en el interior. Es como un juguete», señala.

En 2015 Toncho organizó un campeonato europeo de larga distancia en un aeródromo de Binissalem. «En Can Pastilla no lo podemos hacer. El récord está en 248 metros. Aquí, en competición, llegamos entre los 20 y 50 metros. No es algo peligroso. Los golpes nos los acabmos dando nosotros». El bumerán puede adoptar casi cualquier forma y ha de ser lanzado de forma que gire sobre su propio eje. La sustentación en el aire se debe a la forma de las palas que, con un perfil similar al de las alas de un avión, van ‘atacando’ el aire mientras el bumerán gira sobre sí mismo y se desplaza. «Somos un club pequeño, pero los socios nos solemos reunir. Yo llevo mi maleta con todo tipo de bumeranes».

Los hay con formas de jirafa, de rana, de tortuga o de delfín, y de todo tipo de colores y diversas palas. En según qué modalidades se valoran, por ejemplo, la forma de atraparlo, el mayor número de atrapadas en cinco minutos o la importancia de que no caiga al suelo. «Si pilla una térmica, tienes la suerte de poder mantenerlo más tiempo en el aire», añade Toncho Enev.

Apto para todas las edades

La actividad del bumerán en general es apta para todas las edades. Las ventajas principales que una persona desarrolla dedicándose a este deporte son la práctica de lanzamientos, atrapadas y coordinación, precisión y fabricación de su propio bumerán con distintos materiales (madera de olivo, plástico...). El club Virazón advierte que «hay muchos bumeranes ‘incorrectos’ en el mercado. Sin instrucciones claras y sin alguien con experiencia, se pueden producir muchos errores, convirtiendo esta actividad en una práctica incluso peligrosa». Además de torneos, el club organiza talleres, diadas, campus y distintos eventos.