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Disfrutar es uno de los objetivos principales de la vida y, para ello, hay que lanzarse a la aventura y disfrutar de experiencias que, por desgracia, no todo el mundo se atreve a realizar.

Conocer gente, viajar, vivir en diferentes lugares, disfrutar de aventuras, practicar deportes... todo ello contribuye al crecimiento personal y da la posibilidad de contar y acumular recuerdos para siempre. Así, estas son algunas de las recomendaciones de experiencias que hay que hacer, al menos, una vez en la vida.

Cuando a una persona se le pregunta sobre sus aficiones, una de las respuestas más comunes suele estar relacionada con los viajes. Así, es difícil encontrar hoy en día a una persona que no le guste viajar o que no haya viajado dentro o fuera de España. Sin embargo, viajar solo es una experiencia diferente y a la que pocos se atreven, una aventura más arriesgada donde conocer, no solo sitios, sino también gente, está asegurado.

Los deportes de riesgo y aventura constituyen otra aventura que pocos se atreven a hacer. Sin embargo, hacer paracaidismo o puenting son dos actividades que enseguida se vienen a la mente cuando se habla de experiencias que hay que probar antes de morir.

Un viaje y experiencia que no se olvida nunca es tener la posibilidad de contemplar una aurora boreal. La mayoría de gente sabe lo que es o ha oído hablar sobre ellas en películas, leyendas, documentales, historias... Sin embargo, pocas personas han tenido la suerte de contemplar en vivo y en directo uno de estos fenómenos luminosos que alumbran las noches polares.

Otras experiencias que pueden ayudar al crecimiento personal son aprender a cocinar, aprender a tocar un instrumento y leer. Estas tres actividades que parecen cotidianas y que mucha gente sí lleva a cabo, son olvidadas por muchas otras personas debido al ritmo frenético que se lleva hoy en día y que impide dedicar un poco de tiempo a nosotros mismos.

Una experiencia que, además de ser buena para la salud, puede suponer un extra de satisfacción y superación personal es la del deporte: escalar una famosa cumbre o correr una maratón son dos metas que mucha gente se marca y que requieren esfuerzo. Sin embargo, conseguirlo es una experiencia muy reconfortante.

Volviendo al tema de viajar, mucha gente recorre decenas de destinos de forma exporádica a lo largo de su vida. Sin embargo, ¿qué tal si pruebas a vivir en otro país? Pasar una temporada fuera de casa, conociendo gente nueva y echando raíces en culturas y lugares desconocidos constituye una experiencia vital con la que, seguramente, te llegues a sentir como en casa a cientos de kilómetros.

Otra actividad que todo el mundo debería probar, al menos, una vez en la vida es dormir bajo las estrellas. Un plan muy sencillo y que cualquiera puede hacer, ya que solo se necesita una noche de verano, una montaña y un saco de dormir. Recordarás ese momento bajo un manto de miles de millones de estrellas toda la vida.

Si eres de esas personas que viaja mucho, no pierdas la oportunidad de probar la comida y gastronomía de cada sitio al que vayas, ya que es una de las formas más sencillas de conocer otras culturas, de abir tu mente y de aumentar tus gustos.

Por último en esta lista de recomendaciones, aprender idiomas es otra de las tareas pendientes de mucha gente. Así, aprovechar el tiempo libre o los viajes, incluso, las estancias viviendo en el extranjero para aprender otras lenguas es una actividad que suma muchos puntos a la experiencia vital.