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El Club Nàutic de Cala Gamba acoge este fin de semana una jornada con connotaciones históricas, deportivas y emotivas. Se trata de la XXIV Diada de Vela Latina de Mallorca, el encuentro de vela tradicional más importante de las Illes Balears. La regata de vela latina se asentó hace casi un cuarto de siglo con el objetivo de estimular la conservación del patrimonio marítimo de las Islas. La reciente remodelación de lo que se conoce ya como ‘museo flotante de Mallorca’, el Club Nàutic de Cala Gamba, ha permitido albergar en esas instalaciones una gran cantidad de embarcaciones de gran valor patrimonial, y es el escenario idóneo para este encuentro anual, en el que participan varias embarcaciones, sobre todo bots y llaüts.

Travesía

La XXIV Diada de Vela latina se divide en tres clases: Llaüts Clàssics, Regata y Oberta. La mayoría de los inscritos optaron por participar en la categoría Oberta, sin restricciones de eslora y no competitiva, mientras que el resto de participantes, seis botes de regatas y dos llaüts, compiten para incluir su nombre en el palmarés de la regata. Aunque la organización se ha visto condicionada por la situación de la pandemia, han participado treinta embarcaciones procedentes de varios puertos. Al igual que en otras competiciones deportivas, y con el fin de garantizar la seguridad sanitaria, este año el Club Nàutic de Cala Gamba no celebra ningún acto social. «Solo se llevarán a cabo las regatas y la travesía prevista para la división Oberta», explicó Joan Marc Rigo, director del club. La organización no ha querido suspender la Diada, pero es consciente de los protocolos sanitarios. «Este año hay que cumplir toda una serie de normas que incluyen la firma de una declaración responsable, la obligatoriedad de llevar mascarilla homologada en el barco, mantener la distancia de seguridad y llevar una tarjeta de identificación cuando se circule por el puerto», comentó Rigo.

Toni Estades Reus, presidente del Club, dio la bienvenida a la diada y dedicó la jornada al regatista Antoni Riera Allesie, fallecido este año, por su estrecha relación con la navegación tradicional y con el propio club. «Quiero destacar que Antoni Riera fue la persona que rescató el bot Bàrbara. Fue capaz de armarlo de nuevo y participar en las principales citas de regata latina con la embarcación que él mismo reparó», sostuvo Estades. Tras las palabras del presidente del club, se hizo un minuto de silencio para homenajear a Riera. A continuación, las embarcaciones soltaron amarras y empezaron a salir del puerto, para dar inicio a la travesía.

La división Regata y los Llaüts Clàssics realizaron dos recorridos balizados este sábado y para este domingo están previstas dos travesía costeras. La clase Oberta afronta ambos días un recorrido paralelo al litoral, hasta el Portitxol, con baliza en Cala Estancia y en Can Pastilla.

diada vela llatina .
‘Volga’. Este llaüt se construyó en Santa Catalina en 1935. Itziar Beltrán, Carmen Pons y Guillem Durán forman parte de la tripulación que participa en la regata.
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‘Grumet’. Bartomeu Rosselló, que es el armador del ‘Volga’ y de esta embarcación construida en 1969, afirma que «fue el primer llaüt motorizado eléctricamente».
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‘As’. Jaume Gomila, instructor de óptimist, participa con este ‘bot’ que data de 1953, junto a dos de sus alumnas, Inés Martínez y Marisa Vicens, en la categoría división Regata.
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‘Cabrera’. Se remodeló en 2008 empleando una plantilla de barco antiguo. Albert Fores, Diego Riera y Álex Leal participan en la categoría división Regata.