De izquierda a derecha, José Santandreu, Jesús Álvarez, Salvador Botella, Pilar Rico y Adija Saka fabricando muebles.

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Desde septiembre de 2019, el centro Ferrerets, un servicio de habilitación y terapia ocupacional para personas con discapacidad, busca la recualificación profesional de sus usuarios entre distintos talleres artesanales, como la elaboración de jabón y muebles.
Este centro, que forma parte de la Asociación Balear de Personas con Discapacidad Física (Asprom), tiene como fin promocionar la salud y la autonomía de los usuarios inscritos a este servicio. Todas las fabricaciones que prepara el equipo son solidarias. El coordinador, Alejo Cabeza, explica que «el dinero que consiguen por el producto se reinvierte en el mismo servicio para comprar más material».

Ambición

Aunque Ferrerets es un servicio financiado por el IMAS que se puso en marcha en 2016, Cabeza coordina el espacio desde el pasado septiembre, que ahora se enfoca en la artesanía y la creación de materiales y otros productos. «Somos ambiciosos. Trabajamos con usuarios que han caído del mercado, por algún motivo, y buscan aprender nuevos oficios, es decir, recualificarse». En el centro realizan la manufacturación, empaquetación. Aprenden a comptuar horas y a conocer la importancia del márqueting.

El objetivo futuro, cuenta Cabeza, es poner en marcha un centro especial de ocupación, donde se les permita a los usuarios hacer trabajos por horas.

Pese a que la cuarentena ha ralentizado el ritmo en este espacio, la ambición y las ganas de los usuarios sigue viento en popa. De hecho, dice el coordinador, «hemos conseguido que aprendan faenas como si esto fuera una empresa real. Cada vez que vienen, recuentan las horas. Desde el minuto cero, combaten de esta forma la soledad».