Marina Ferragut muestra una magnífica langosta. | Amalia Estabén

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A falta de veinte días para que finalice la campaña de pesca de la langosta, este mes de agosto no han faltado las capturas, según aseguran los titulares de varios puestos de la pescadería del Mercat de l’Olivar. Sin embargo, la gamba mallorquina de Sóller, a falta de grandes capturas, se cotiza al alza estos días.

En Peixos Carmen, Rosa Torres señaló este martes que «no nos han faltado piezas del preciado crustáceo, cuyo precio se ha mantenido respecto al año anterior. En estos momentos la vendemos a 68 euros el kilo». En el puesto de la joven Marina Ferragut también se vendía al mismo precio, «la temporada ha ido bien, manteniéndose su precio respecto al año anterior y quizás, en algún momento, incluso algo menor», afirmó.

La gamba de Sóller

En cuanto a la gamba mallorquina, «las capturas están siendo estos días menores que en anteriores ocasiones –debido a los días y zonas de pesca y turnos establecidos por la crisis sanitaria de la COVID-19– y por tanto, sube su precio por kilo», señalaron en los puestos del Mercat de l’Olivar. La gamba extra de Sóller se vendía ayer a 89 euros el kilo a media mañana.

En Peixos Carmen, el puesto por excelencia de estos crustáceos en el Olivar, se ofrecía también la gamba mallorquina fresca, grande, a 75 euros el kilo; la mediana, a 49 euros el kilo, y la pequeña a 28 euros el kilo. Los escarametlans extra se cotizaban a 89 euros el kilo, y los medianos, a 49 euros el kilo.

Los titulares de los puestos subrayaron que las ventas las habían realizado mayoritariamente a clientes mallorquines y algunos residentes extranjeros, y, a diferencia de agosto del año pasado, menos a peninsulares que tienen una segunda residencia en Mallorca, lo que se explica en la disminución de los desplazamientos a causa del coronavirus.

En cualquier caso, a estas alturas del verano, y para quienes se lo puedan permitir, resulta difícil escapar a la tentación de disfrutar de una buena langosta o de la exquisita textura y sabor de la gamba de Sóller, dos manjares con los que cada verano nos obsequia el mar balear.