Varias estanterías que acumulan más de 500 juegos de mesa. | M. À. Cañellas

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En internet, la palabra Parabellum significa «prepararse para la guerra». En Palma, representa el edén del entretenimiento. Hablamos del primer bar en la Isla que fue pionero en mezclar comer, beber y jugar. Ha reunido a diario a un fiel número de clientes que pasaban su tiempo libre entre cartas, figuritas y tableros de fantasía.

Magda y Javier son los padres de esta cueva con más de 500 juegos de mesa que, ocho años después, cierra las puertas debido a la crisis provocada por el coronavirus. «Muy a nuestro pesar, tenemos que decir adiós». Desde hoy, a partir de las 12.00 horas, y hasta el domingo, ponen a la venta todos los juegos que han ido cosechando durante todo este tiempo.

Recorrido

Magda quería un bar y su marido, Javi, un lugar para pasar el rato con juegos de mesa. Fusionaron la idea para parir el Parabellum. «Primero introdujimos los juegos que teníamos por casa. Luego pasamos a unos 50, cuenta, y poco a poco hemos reunido más de 500», recuerda Magda durante la entrevista. Acumulan, dicen, «un montón de recuerdos, pero en estas condiciones, debido a la pandemia, no podemos continuar. No ha sido fácil mantener el alquiler, no hemos tenido mucha ayuda al respecto. Se nos ha hecho imposible seguir con el bar».

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Javier, posando junto al bar, que cierra sus puertas el domingo.

Como todos los negocios, este matrimonio reabrió sus puertas el pasado 25 de mayo bajo un aforo limitado y estrictas normas de seguridad. Entre ellas, la reserva previa de las nueve mesas disponibles en esta ‘nueva normalidad’. Han intentado reinventarse aunque la decisión ha sido cerrar. «Que la fuerza os traiga por aquí» es la frase que aparece en sus redes sociales. Una frase que no ha podido ser.

Durante todo este tiempo, el bar ‘friki’ impulsó torneos por pareja y hasta una aplicación propia que ya es historia. Magda reconoce que sus clientes «han recibido con tristeza esta noticia». Su etapa finaliza pero con la cabeza alta.

Los propietarios no piensan en otros proyectos. «De momento, no nos vemos con ánimo para arrancar otro negocio, y más ahora como están las cosas», dicen con el orgullo de llevar durante ochos años la idea de comer, beber y jugar en un mismo lugar.