Vasos y platos de plástico, cápsulas de café, pajitas y tapones de botellas... cualquiera de estos materiales se puede reutilizar con arte e imaginación.

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¿Ya saben vuestros hijos o sobrinos que en 2021 se prohibirá en los países de la Unión Europea la venta de artículos de plástico de usar y tirar como pajitas, bastoncillos, cubiertos o platos de plásticos, entre otros, para luchar contra la contaminación?

Esta información puede venir muy bien para explicarles, si es que no se lo ha contado nadie todavía, que los residuos de este material tardan mucho en descomponerse, lo que hace que se acumule en mares, océanos, playas... consiguiendo que más del 80% de la basura marina sean plásticos, según datos de National Geographic.

Por tanto, dado que su reciclaje es difícil y que seguro que todavía queda por casa alguno de estos artículos desechables, lo más recomendable es convertirlos en alguna manualidad o juego interesante que nos ayude a darle una segunda vida fuera de los mares y a despedirnos dignamente de lo que, hace un tiempo, eran comunes en la cesta de la compra.

Seguro que no hay niño que se resista a tan digna y constructiva misión, así que aquí van cinco propuestas para hacer manualidades con plástico:

Con cápsulas de café
Resulta que son muchas las posibilidades de convertir cápsulas de café en originales piezas de bisutería. Collares, pendientes, anillos... se recomienda empezar con lo más fácil, por ejemplo, una diadema. Se aplastan tres cápsulas de café, a continuación, se recortan los bordes de otras tres cápsulas, enroscándolos con la ayuda de un pequeño alicate y, seguidamente, se pega cada borde enroscado en cada una de las cápsulas de café. Por último, solo queda pegar cada una de las cápsulas aplastadas en la base de la diadema. Estos mismos adornos darán mucho juego si se coge un cordel o hilo a la hora de diseñar colgantes o pulseras.

Con platos de plástico
En primer lugar hay que recortar el fondo de los platos de plástico para quedarse con el contorno del círculo como si fuera un disco.Se pueden pintar de divertidos colores si se considera necesario. Por otro lado, se coge el rollo vacío del papel de la cocina y se pega a un cartón que haga de base. Una vez se seque el pegamento, se convertirá en un perfecto pivote para colocar a distancia y tratar de introducir en él los círculos que hemos obtenido de recortar los platos. Un 'tiro al plato' o 'tiro al rollo' muy particular y absolutamente genuino que, además, se puede jugar en casa porque no hay peligro de romper nada.

Con tapones de botella
Una buena idea es recrear unos divertidos insectos con ayuda de unas cartulinas. Un tapón grande y rojo lo reservaremos para la mariquita. En una cartulina negra se recortarán pequeños círculos y en una blanca, otros dos un poco más grandes, todos ellos servirán de ojos. A continuación, un semicírculo negro cubrirá un poco menos de la mitad del tapón haciendo de cabeza, sobre la que se pegarán los ojos, y una raya negra fina dividirá en dos el cuerpo de la mariquita. Por último se pegarán los lunares negros por el cuerpo. Muy recomendable la variante de hormiga, con dos tapones negros, o la de araña, a la que se le añadirán la parte articulada de unas pajitas para hacer de patas.

Con vasos de plástico
Porque cualquier animal es un buen reclamo para los niños, un divertido ejercicio puede ser convertir cada uno de los vasos de plástico en un divertido animal, ya sea doméstico o salvaje. Con pintura, papeles de colores, ojos móviles y cartulinas, las opciones son muchas. ¿Por qué no dar vida a un dragón? Se pinta el vaso con témpera verde, se le pega unos ojos y con papel de seda naranja, amarillo y rojo se hacen unas cinta adhesivas que pegaremos a la base del vaso, donde también haremos un pequeño agujero. La idea es que cuando los niños soplen, el malvado dragón pueda escupir fuego.

Con pajitas
Con pajitas es posible confeccionarse un divertido instrumento. Así, por ejemplo, para hacer una flauta se necesitarán varias pajitas que se unirán con celo transparente. Lo mejor es extender la cinta adhesiva sobre la encimera por todo el ancho que se quiera que tenga la flauta. Después, se colocan las pajitas una tras otra, ejerciendo un poco de presión para que se peguen bien. A continuación, habrá que poner el celo del otro lado, siempre presionando un poco. Finalmente, se enrolla todo con la cinta. Por último, se realiza un corte diagonal en la parte inferior para que cada pajita recoja un sonido diferente.