Acuden niños de 3 a 13 años, que acaban estableciendo amistades y recuerdos inolvidables. | Pere Bergas

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Al suroeste de la Serra de Tramuntana, entre Calvià y Palma, se encuentra la granja escuela Es Burotell, una antigua finca mallorquina de 260 hectáreas que cada año acoge a cientos de niños en su escoleta de verano, actividad que arracó el pasado 22 de junio y que se prolongará hasta el próximo 4 de septiembre. «Es Burotell ofrece un entorno natural privilegiado que los pequeños disfrutan descubriendo. Tras el largo confinamiento consecuencia de la pandemia de coronavirus, los niños pueden volver a relacionarse con otros niños y también con animales. Llegan a casa muy cansados y los padres están encantados», explicó Bego Arcenillas, directora de Es Burotell.

Es comprensible que los niños acaben agotados, pues no paran en toda la jornada. A las 9 de la mañana el autocar parte desde Palma y, tras una parada en Palmanova, en media hora llegan a Es Burotell. Los niños, que tienen entre 3 y 13 años, disfrutan de todo tipo de actividades grupales y al aire libre, de un pequeño parque de aventuras, una pista multideportiva, además de un baño diario en la piscina de la granja, donde se refrescan, reponen energías y practican juegos en el agua.

Entre los campamentos, organizados por empresas externas, y la escoleta, la granja no puede acoger a más de cien niños en sus instalaciones. A la escoleta asiste una media de 50 niños a la semana. En el autocar deben respetar las medidas sanitarias de seguridad, como llevar las mascarillas puestas, aunque en la granja solo las usan los monitores.

En sus visitas al huerto los niños aprenden a reconocer distintas especies vegetales, así como sus frutos, mientras los monitores responden a sus preguntas y se sorprenden con sus ocurrencias. También se relacionan con los animales que viven en la finca: conejos, caballos, ponis o cabras, también son sus compañeros de escoleta.

Los más pequeños, que tienen entre 3 y 4 años, se refrescan y juegan en la piscina.

Carla tiene 8 años y ha pasado cuatro veranos en la escoleta de Es Burotell. Afirma que una de sus actividades favoritas es lanzarse desde la tirolina, que le encanta, y muestra un verdadero dominio de la técnica. Además, desvela que India, el pony, es su animal favorito. «De más pequeña no era tan buena; he hecho muchos amigos y he aprendido a respetar a mis compañeros», señaló Carla con timidez, pero orgullosa de su crecimiento personal en estos años. La escoleta de Es Burotell incluye la merienda y la comida de los pequeños. Loli Cabello es la encargada de prepararles la comida en la cocina de la granja: «Los niños son los más agradecidos. Si alguna vez queda algo de comida es en las ollas, y porque nosotros nos pasamos», comenta Loli, satisfecha con sus comensales, que disfrutan de una dieta que va desde los macarrones y los nuggets hasta el pescado y la verdura.

Alba y Julia dejan de jugar por un momento al ‘Pato-Oca’, y cuentan que lo que más les gusta de la escoleta es hacer amigos, la piscina y los animales. Las gemelas no tienen ninguna duda de cuál es su plato preferido: «¡Mi plato favorito son los espaguetis!», exclamó Alba, a lo que Julia añadió: «Y el mío también, ¡los espaguetis!».

Sofía, Emma y Julia tienen 9 años y se disponían a visitar a Bella, una yegua blanca de su misma edad. De camino, las tres niñas, al observar el revoloteo de varias avispas, comentaban con naturalidad lo mucho que estas aprecian el jamón serrano: «El otro día una se llevó un buen trozo», afirmó Julia entusiasmada. Cuando llegaron al establo, al ver que Bella estaba algo distante, distraída con el heno, juntas se lanzaron hasta el algarrobo más cercano, donde recogieron varios frutos resecos del suelo. Bella cambió rápidamente de parecer y se acercó con interés a las niñas, que ya conocen al dedillo las distintas técnicas para llamar la atención del équido.