Los participantes contaron con la colaboración de los ayuntamientos de las localidades visitadas –Pollença, Lloseta y Alaró–, donde sellaron las cartillas que les acreditan como marchadores. | EDUARDO GAVIÑO

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Un buen número de mallorquines han recorrido en algún momento de su vida el Camino de Santiago, la ruta pedestre más famosa del mundo. Y los hay entusiastas que repiten año tras año. Sin embargo, el coronavirus ha venido este 2020 a arruinar los planes de quienes deseaban acudir por primera vez o regresar de nuevo. El club Nordic Walking Palma organiza todos los años un viaje con sus asociados y amigos que, naturalmente, han tenido que suspender. ¿Qué hacer? Lejos de amilanarse o renunciar a su afición, decidieron replicar la ruta jacobea «a la mallorquina», es decir, por la Serra de Tramuntana, una idea que surgió de la mente de Amics del Camino de Santiago y los rotarios, con el objetivo de unir Lluc y Palma.

Setenta caminantes se dieron cita el fin de semana pasado con la intención de completar el ‘Camino de Santiago Mallorquín’, una experiencia que no es equivalente a la gran ruta del norte, pero sí tiene su gracia, pues se trata de disfrutar del mismo ambiente de camaradería, naturaleza y descubrimiento sin salir de la Isla. «Todo un éxito de participación», asegura Eduardo Gaviño, reponsable de Nordic Walking Palma y presidente del comité de Marcha Nórdica de la Federación Balear de Montaña y Escalada.

De pueblo en pueblo

La excursión arrancó el jueves con un primer grupo, al que se unió otro el viernes, para alojarse en la Hospedería de Lluc, que calificaron de «ideal tanto en invierno como en verano». El mismo jueves se completó una ruta por los alrededores del santuario para visitar el Camell y la cueva de sa Cometa dels Morts, por el itinerario del Pixarells.

Ya el viernes los marchantes unieron Lluc con Pollença por el Camí Vell, una caminata de casi veinte kilómetros, mientras los dos días siguientes se dedicaron a recorrer las dos primeras etapas de este ‘Camino de Santiago Mallorquín’: desde Lluc a Lloseta (19 kilómetros), que se realizó el sábado; y la segunda, de Lloseta a Alaró (18 kilómetros), que se hizo el domingo. Los organizadores destacan el recibimiento de los ayuntamientos, así como del vicario de las parroquias de la zona, Vicenç Miró, que se volcaron con la idea. Los marxaires pudieron sellar sus acreditaciones con los sellos correspondientes a cada pueblo visitado.

«La idea –explica Gaviño– es promocionar este ‘Camino de Santiago Mallorquín’ porque ofrece muchos atractivos, desde el paisaje al compañerismo y la sensación de hacer kilómetros».