Si ya desde mediados del programa se vieron muestras de cariño y complicidad entre dos de los aspirantes de MasterChef, Luna y Alberto, y tanto concursantes como jueces hacían alusiones al romance continuamente, en la final del talent se han disipado las pocas dudas al respecto que podrían quedar.
Entre los nervios, la tensión y la competitividad, también hubo lugar para el amor. En un programa en el que Ana se proclamó vencedora y Andy e Iván quedaron en segundo y tercer lugar respectivamente, fueron muchos los guiños entre la pareja, que se quedó a las puertas del duelo, hasta que finalmente se fundió en un beso.
Ya al principio de la gala, Luna le comentó a Alberto que «uno de los dos» tendría que llegar al duelo. «¿Para qué?», le preguntó, curioso, el catalán. «Para que haya beso», dijo la profesora de yoga. En ese momento, la canaria intentó besar a Alberto, que la esquivó y, en Twitter, hizo una comparación con la 'cobra' más famosa hasta la fecha: la de David Bisbal y Chenoa.
Después, pero en la misma prueba, Alberto le explicó a Samantha y a Esther, una de las duelistas de MasterChef Junior, que, su relación con Luna no estaba «a medias», sino que había avanzado ya: «A estas alturas a medias ya no está, hombre», desveló el catalán.
Aunque se hizo esperar, finalmente el beso llegó. En el duelo final, cuando los concursantes expulsados de MasterChef 8 se incorporaron al plató para animar a Ana, Andy e Iván, los finalistas; Luna y Alberto aprovecharon para dar rienda suelta a su amor y disipar las dudas que podrían quedar sobre su relación.
Ocurrió justo después de que la jueza Samantha Vallejo-Nágera les preguntara sobre la relación. Una vez el catalán comentó que la cosa «avanzaba», todos los allí presentes gritaron «¡Que se besen!» y ellos, muy obedientes, así lo hicieron.
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