Estos pasatiempos viven todo un 'boom' comercial gracias a los autores especializados, temáticas diferentes y las nuevas tecnologías como apoyo a la dinámica de las partidas. | Archivo

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Que levante la mano el que no haya echado nunca una partida al Parchís, al famosísimo Juego de la oca (existe toda una generación de españoles que no se sacará nunca de la cabeza la machacona canción del concurso de Antena 3, allá por la prehistoria televisiva, con Emilio Aragón y Lydia Bosch), el Cluedo o el Monopoly?

Eran los reyes de los juegos de mesa hace unas décadas, parecieron pasar a mejor vida a finales de los 90 y ahora incluso están siendo desplazados por pasatiempos más novedosos, con diseños más atractivos y partidas con manuales de instrucciones que no son necesariamente obligatorios para poder jugar; incluso hemos llegado al punto de que algunos juegos se apoyan en las nuevas tecnologías para poder realizar una partida. La industria de los tableros de mesa lleva unos años viviendo un boom inusitado, captando a un público de todas la edades, porque jugar ha dejado de ser solo cosa de niños.

Sector en alza

Los juegos de mesa interesan tanto que tiendas como la palmesana Gotham Cómics, especializada en el mundo de los tebeos y los videojuegos, se han visto obligadas a ampliar su sección dedicada a este tipo de ocio: «Este mundillo es un sector en auge desde hace una década y todavía no ha tocado techo», augura Jaume Albertí, propietario de Gotham Cómics. No sólo es una percepción personal. Según diferentes estudios de mercado de esta industria, la venta de juegos de mesa en España creció hasta un 20 por ciento, solo entre enero y septiembre de 2016. Y sigue una tendencia creciente porque las empresas del sector relatan que desde hace una década las cifras de negocio aumentan anualmente un 40 por ciento con respecto al año anterior.

Catan, por ejemplo, uno de los ‘culpables’ de este boom del ocio de mesa, vende en la actualidad una media de 70.000 unidades frente a los 20.000 catanes que se podían comprar hace un par de años, según un comunicado de la propia empresa propietaria de los derechos del juego. Y lo llamativo es que las cifras que se manejan en España palidecen respecto a los países nórdicos o Alemania, donde los pasatiempos de mesa son una tradición que pasa de padres a hijos. No resulta extraño entonces que en la actualidad la mayor parte de autores de juegos sean germanos, país donde se celebra una multitudinaria feria internacional en octubre y se entregan anualmente los Oscars de este sector del ocio.

Juegos para todos

Tanto éxito se debe a la revolución que han supuesto los tableros de mesa modernos, y que han aterrizado en España en la última década. Se trata simplemente de la evolución lógica de los juegos clásicos, más centrados en el azar, que han derivado en productos más elaborados, en los que priman las decisiones de los jugadores. Ahora, la suerte y la estrategia forman la combinación perfecta para ganar, aunque la imaginación también juegue un papel fundamental. Los jugadores asumen diferentes roles como el de caballero de la Edad Media, el de náufrago o el mago. Todo es posible y casi todo está permitido en este mundo. Solo se necesita un grupo de amigos que quiera participar en él. Así de fácil.

Hay expertos que afirman que la crisis económica ha favorecido su expansión. Digamos que recortar gastos en ocio durante la recesión, como salir de cañas o ir al cine, ha obligado a mucha gente en los últimos años a quedarse en casa y, de paso, propiciado que desempolven esos juegos de mesa que tenían olvidados al tratarse de una manera económica de pasar el tiempo en compañía. Pero hasta el sector de la restauración, más listo que el hambre, se ha sumado también a esta fiebre de los tableros. En Palma, por ejemplo, locales como Al vent, Biblos o Atomic Garden se han especializado en juegos de mesa. Y ya existen tiendas, como Ludicon, que solo venden este tipo de material, y donde habitualmente se puede ir a jugar partidas entre amigos o probar juegos de nuevo cuño.

Olvídense de la premisa manida de que los que echaban una partida al Carcasonne eran unos frikis. Está pasada. Hay tantas opciones como personalidades. «Existen tableros adaptados a todas las edades, hay pasatiempos cooperativos, estratégicos, de cartas, de dados, de habilidad, infantiles, de misterio o zombis... la lista es interminable. Y a la mayoría de la gente, si le presentas el juego adecuado en el momento justo, se engancha en tres minutos. Y ese enganche es para siempre. Lo tenemos comprobado», señala Jaume Albertí, de Gotham Cómics.

Los clásicos nunca mueren: Hotel, Monopoly, Risk, Cluedo... los clásicos juegos de mesa siguen en el mercado y sus ventas aumentan cada año. Según datos de las diferentes compañías que operan en el país, las ventas de juego aumentan un 40 por ciento en e España desde hace cinco años. Ya no parece un fenómeno pasajero. Los clásicos de toda la vida han buscado fórmulas para seguir en el candelero. Por ejemplo, el mítico Risk ha sacado a la venta su versión de 'Juego de tronos' o 'The walking dead'.
Los reyes del mercado: Si hay que nombrar dos juegos que arrasan, aunque lleven una década en el mercado, son Carcasonne y el famosísimo Catan. Destacan por ser pasatiempos para todas las edades y que las nuevas expansiones que salen a la venta aumentan las posibilidades de juego.
Juegos para los más pequeños: Ocio sano, recomendable y compartido. Los pasatiempos especializados en los más pequeños de la casa los recomiendan docentes y psicólogos por su capacidad para reunir a los chavales, abrir su mente, aprender estrategias y compartir momentos de ocio con familia y amigos lejos de los videojuegos o la pantalla del televisor. Empresas de juegos de mesa como Haba, líder del sector del pasatiempo infantil, ofrece un catálogo muy extenso de juegos centrados en el cálculo o la pura estrategia.