La pareja, que muestra gran complicidad, practica deporte casi a diario en el gimnasio del tenista, donde ha trabajado todo el confinamiento para hacer una gran reforma y mejoras. | Julián Aguirre

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Desde que se conocieron hace 13 años se volvieron inseparables. Carlos Moyá y Carolina Cerezuela se casaron en Mallorca el 11 de julio de 2011. En una semana celebrarán el noveno aniversario y desde el primer momento tuvieron claro que estaban hechos el uno para el otro. Aunque Carolina confiesa que «sigo confinada, prácticamente no salgo para nada», hace unos días vimos a la pareja practicar deporte juntos en el gimnasio Profitness, propiedad del ex tenista, empresario y entrenador de Rafa Nadal.

Ambos llevan una vida muy familiar, disfrutando también de sus respectivas profesiones. «Durante estos meses hemos dedicado el tiempo a muchas cosas, comenta Carolina. Carlos, además de trabajar en la impresionante reforma del gimnasio, ha sido quien más ha cocinado. Nos ha hecho unos menús espectaculares. Hemos comido mejor que nunca y con los niños hemos hecho mucho ejercicio». Ilusionado con la nueva etapa del Profitness, Moyá confiesa que «estoy muy contento como ha quedado. Se puede decir que es la niña de mis ojos. Hace 15 años que abrimos y hemos fidelizado a los socios, quienes durante el confinamiento han podido seguir las clases online. En estos momentos puedo decir que un gimnasio es un lugar seguro. El deporte es una forma de vida que lleva a unos valores y unas rutinas sanas». Cuando se conocieron, Carolina asegura que «yo no hacía nada de deporte, pues dedicaba todo el tiempo a trabajar». Ahora, la actriz, presentadora y componente del Dúo Angalada-Cerezuela, entrena junto a su marido, «y con los niños salimos en bicicleta, nadar, tenis, etc. Carlitos y Daniela han salido más a su padre. Me gustan que los niños hagan deporte, ya no te digo a nivel profesional, sino en tema de salud», añade Moyá. «Carla es más señorita y va más enfocada a ‘mamá quiero ser artista’». Mientras Carlos hace tanto ejercicios de musculación como cardio, Carolina prefiere sudar dándole al saco. «Balears, dentro de España, es una de las comunidades donde la gente está más concienciada en hacer deporte. Hay que envejecer con calidad. A la gente le gusta verse bien».

En familia

Sus proyectos, sueños e ilusiones de cara al futuro aseguran que los viven desde el primer momento en que se conocieron. «Teníamos ilusiones y sueños de formar una familia», comenta Carolina, quien añade: «Conocer a Carlos fue un caos absoluto (risas). No, en serio. Me aportó estabilidad y valores. Es verdad que en la época que conocí a Carlos era complicado encontrar a alguien normal, afín a lo que tú querías». Por su parte, Carlos la mira y afirma: «Carolina apareció en el momento justo. Me ha aportado orden. La edad y etapas van cambiando y apareció cuando tenía 31 años (ahora tiene 43). Tenemos objetivos comunes. Nos gusta viajar con los niños y es una experiencia que nunca olvidarán». En definitiva, 13 años juntos y en muy buena forma.