Barcos Azules retoma su clásica excursión marítima. | Lluc Garcia

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Es la excursión más clásica de Mallorca. Prácticamente se ofrece desde el inicio del boom turístico. Combina un viaje en tren hasta Sóller, luego en tranvía hasta el Port y un recorrido por la costa hasta la Calobra en golondrina. La aventura sigue siendo una de las ofertas más populares entre los turistas. Desde hace medio siglo, la empresa sollerica Barcos Azules, regentada por la familia Mayol, realiza este servicio náutico con una flota que empezó Juan Mayol con el llaüt ‘Calobra’, todavía en servicio.

Ahora, después de tres meses sin actividad y sin viajeros que lleguen a Sóller en tren o en coches de alquiler, Barcos Azules retoma esta clásica excursión marítima, que, además, ahora se puede realizar sin aglomeraciones y disfrutando al máximo de las incomparables bellezas del litoral de la Serra de Tramuntana. La ofrece los fines de semana.

El pasado sábado, Barcos Azules ya lo tenía todo preparado de nuevo para realizar el primer viaje hacia Tuent y la Calobra desde que empezó el estado de alarma. El primer día ya contaron con 24 pasajeros y recogieron 40 para el retorno hacia el Port de Sóller. Este primer viaje se hizo a bordo del ‘Calobra’, la más pequeña de las embarcaciones de la empresa Barcos Azules, y estaba dirigida por los hermanos Santiago y Óscar Mayol.

Como ya es habitual en estos días, todos los pasajeros se tuvieron que someter a las medidas de higiene incluyendo el uso de mascarilla mientras estaban a bordo. Y disfrutaron de nuevo de un paisaje excepcional.