Después de casi dos meses de confinamiento, la vuelta al deporte debe ser como la desescalada. | P. Pellicer

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Desde hace una semanas, al tiempo que se iniciaba la lenta desescalada, se abrió la veda para ‘trotar’ por las calles. Los deportistas (y no tan deportistas) se han enfundado en las zapatillas dispuestos a recuperar el tiempo perdido, encerrados en casa y casi inactivos.

Después de casi dos meses de confinamiento, la vuelta al deporte debe ser como la desescalada. Todo a su debido tiempo. Se ha perdido masa muscular y el riesgo de lesiones aumenta significativamente.

Deporte

Biel Grau es licenciado en Ciencias del Deporte y entrenador de triatlón. Explica que la inactividad total o la reducción de la misma causa una parcial y/o completa pérdida de las adaptaciones físicas que se han producido durante el proceso de entrenamiento, y ello conlleva una disminución del rendimiento deportivo. «Se producen tres manifestaciones: pérdida de forma física, disminución de la capacidad aeróbica y disminución de los niveles de fuerza», asegura.

Pues bien, el tiempo para recuperar la condición física dependerá de cada deportista y del trabajo que se ha realizado durante el confinamiento. Grau puntualiza que «el 80 por ciento de mis deportistas no han podido correr, y su actividad principal ha sido el entrenamiento funcional. Para ellos ha sido un trabajo clave que ahora empiezan a agradecer».

Varios estudios apuntan que la incidencia de las lesiones ha crecido alrededor de un 30 % durante el confinamiento, a lo que Biel Grau apunta que esto se debe a que la práctica de actividad física es inespecífica. «Un corredor quiere seguir entrenando. Corre por dentro de casa con todos los giros y movimientos bruscos que eso conlleva, o se realizan ejercicios de fuerza sin supervisión, como challenges y workouts no saludables. Todos estos factores hacen que el deportista pueda torcerse un tobillo, realizar un mal gesto o sobrecargas de todo tipo», explica.

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Estar más o menos expuesto a las lesiones depende del trabajo previo en el confinamiento. Biel aclara que muchos deportistas que no han entrenado tendrán la misma probabilidad de lesión que una persona sedentaria: «La inactividad puede pasar factura. Seguir practicando deporte minimiza de manera significativa la posibilidad de lesionarse». El confinamiento también ha afectado a todos aquellos que se preparaban para un triatlón, deportistas con una rutina diaria para estar en forma el día de la carrera.

Riesgo

Biel no recomienda un entreno por partida doble para «recuperar el tiempo perdido», ya que el riesgo de lesión sería mayor. «Lo adecuado es mantener una progresión adecuada y respetar el descanso. Los triatletas y los deportistas en general estamos viviendo un momento atípico. Las competiciones no están cerca y lo que se plantea está a medio plazo», recuerda.

A raíz del confinamiento, varios expertos han manifestado la aparición del ‘síndrome del pasillo’. Marcos Gómez, fisioterapeuta deportivo, explica que este síndrome consiste en la aparición de lesiones producidas por correr en casa. «Correr en espacios reducidos durante un largo período de tiempo con los giros que eso conlleva incrementa el riesgo a sufrir lesiones». Pasar de 0 a 10 en un día supone aumentar de forma exponencial el riesgo a sufrir una lesión. Gómez aclara que «debemos tener en cuenta que ni siquiera los deportistas de élite hacen estos cambios tan bruscos, sino que van de forma progresiva. No por hacer estos cambios se mejora la condición física más rápido; al contrario, estamos arriesgándonos a sufrir una lesión que nos haga parar durante un tiempo y no nos permita realizar nuestro deporte».

Lumbalgias

Como fisioterapeuta deportivo, lo que más ha tratado Marcos estos días han sido las lesiones típicas, como lumbalgias o cervicalgias aunque, por otro lado, se ha producido un aumento de pacientes que han empezado a hacer deporte en la cuarentena y presentan sobrecargas musculares y molestias articulares. En este contexto, lo principal para evitar lesiones es el sentido común, explica. «Podemos hablar del calentamiento previo o del trabajo de fuerza. Pero lo más importante es que tenemos que asumir que llevamos más de un mes y medio sin salir de casa y que nuestros tejidos no están preparados para dar el 100 por cien el primer día».