Dos generaciones hablan sobre las dificultades y retos del colectivo LGTBI en Baleares. | R.D.

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Mallorca siempre se ha movido entre el conservadurismo más recalcitrante y la libertad sexual que traían consigo los turistas extranjeros, más deshinbidos que los españoles en cuanto al sexo se refiere. En ese ambiente tan peculiar creció el crítico de cine mallorquín Pau Rosselló, que recuerda que siempre se decía que si uno era gay y quería conocer gente, en aquellos tiempos había que acudir a la murada de Palma por las noches: «Eso sí, si te pillaba la policía, te preparabas para que te afeitaran una ceja o a algo peor... La ley sobre peligrosidad y rehabilitación social estaba vigente y pesaba como una losa», señala.

Pero a finales de esa década, los 70, tras la muerte de Franco y con la despenalización de las prácticas homosexuales, salió a la luz una generación pujante y joven que había crecido a la sombra de la dictadura. Rosselló, con menos de 20 años entonces, estaba dispuesto a disfrutar de su condición sexual, pero no contaba con ningún referente gay: «Hasta entonces vivías tu sexualidad de puertas adentro», lamenta. Por eso, cuando vio un cartel donde buscaban gente para crear el Front d’Alliberament Gai de les Illes Balears (FAGI), no dudo en acudir: «Un pequeño grupo unido para luchar por nuestros derechos. Organizábamos fiestas en Ses Voltes y cada sábado montábamos un tenderete con información sobre el colectivo en la Plaça Major de Palma. A pesar de todo, eran buenos tiempos», enumera Rosselló.

Con el FAGI, capitaneado por Juanito López, nacía el activismo gay en las Islas. Fue el germen de un movimiento que dura hasta nuestros días, que ha luchado por la visibilidad del colectivo gay, por proteger y desestigmatizar a las personas enfermas de sida, que ha conquistado el matrimonio igualitario y, finalmente, ha logrado contar con una ley autonómica que defiende y sancione cualquier discriminación al colectivo. «Pero queda mucho por hacer. Mucha gente LGTBI sufre todavía acoso en la escuela, en su propia comunidad de vecinos o en el trabajo», asegura Jan Gómez, miembro de Ben Amics, la asociación LGTBI de las Islas.

Misma opinión comparte el conocido periodista mallorquín radicado en Madrid Paco Tomás, que dirige y presenta Wisteria Lane, programa relacionado con la cultura LGTBI, en Radio 5: «Con la llegada de la extrema derecha a muchas instituciones se ha demostrado que volvemos a vivir tiempos difíciles», dice. «Sí, puedo decir que siento temor por mis derechos y mi integridad física. Pero el ‘armario’ lo quemé hace mucho tiempo y nada ni nadie me va a obligar a volver a él», enfatiza el comunicador.

Cultura LGTBI

Las nuevas libertades de la recién conquistada democracia trajeron consigo muchas cosas buenas. Aunque no fue un camino de rosas, sí se logró una mayor visibilización del colectivo gay. «Eso no quiere decir que antes de la Transición no hubiera bares de ambiente, los había, por ejemplo, en Gomila, pero dar la cara era otra cosa», apunta Pau Rosselló. Manifestaciones y protestas cristalizaron también en el nacimiento de una cultura LGTBI en las Islas.

El ya fallecido Toni Socias fue un personaje singular en los ambientes artísticos, culturales y musicales de la Mallorca de los 80 y 90, además de activista y fundador de Peor Imposible, la banda más variopinta de la época que traspasó las fronteras de la Isla. El grupo, que incluía a Rossy de Palma o Lina Mira, entre otros, actuó por primera vez en 1983 en una fiesta en Ses Voltes y en poco tiempo consiguió un gran éxito nacional. Desde finales de los 80 hasta 1995 estuvo ligado al conocido grupo teatral Diabéticas Aceleradas, que sin duda derribó muros con sus letras y estilismos particulares.

Un largo camino

El trato a las personas con sida también ha cambiado mucho. Los primeros casos se detectaron entre 1983 y 1985 en la Comunitat y los pacientes tenían una planta asignada, la cuarta de Son Dureta. «Ha pasado de ser una enfermedad que condenaba al paciente a la muerte a tener un tratamiento que te permite vivir una vida larga y digna; incluso la jerga ha cambiado: ya no hablamos de sida, ahora nos referimos al virus del VIH», señala Joan Viver, coordinador de Alas Balears, la Associació de Lluita Anti-Sida de Baleares que trabaja desde los 90 para luchar contra esta enfermedad: «Cada año unas 150 personas se contagian del virus, es una de las cifras más altas del Estado», recuerda Viver, pero también resalta la importancia de «perder el miedo al sexo, solo hace falta más información», finaliza.

Sobre educación, trabajo y salud giran las primeras acciones de la ley LGTBI de las Islas, aprobada hace tres años. Aunque Lena Castells, jefa del Servei de Coordinació i Atenció a la Diversitat Sexual i Gènere de la Conselleria de Presidencia, no duda en recordar que «hay una deuda histórica de reparación con el colectivo LGTBI», esta ley «no es la meta, hay mucho que hacer». En este sentido, recuerda que a corto plazo trabajan para que en las escuelas no se actúe solo tras conocer los casos de menores trans, por ejemplo, sino que la prevención se incorpore a los currículos y planes de convivencia: «Así no trabajaremos a posteriori y dejaremos de tratarlos como una excepcionalidad», agrega Castells.

Hitos del colectivo gay

1969-1977 - De Stonewall a las Ramblas de Barcelona. La reacción a una redada en un bar de ambiente, el Stonewall Inn, en Nueva York supuso un punto de inflexión en la lucha a favor los derechos civiles de los homosexuales de todo el mundo. La primera manifestación gay en España no se produjo hasta 1977.

1978-principios de los 80 - FAGI, pioneros de la lucha del colectivo LGTBI. El Front d’Alliberament Gai de les Illes Balears (FAGI) nació tomando como referente al FAGC catalán. Liderados por Juanito López, organizaban fiestas y montaban un tenderete informativo sobre el colectivo en la Plaça Major.

Años 80 - Actos emblemáticos. El colectivo LGTBI organizó todo tipo de acciones para luchar contra la discriminación: en 1984, por ejemplo, recogieron firmas para reabrir tres bares gays del centro de Ciutat, cerrados por Ramón Aguiló. También lograron ofrecer la primera charla informativa sobre el sida.

1983 en adelante - De Arrels a Alas. Los primeros casos de sida se diagnosticaron en Baleares entre 1983 y 1985. La asociación Arrels, fundada por Manolo Crespo –foto–, fue la primera en preocuparse por los pacientes y el colectivo gay; luego recogería el testigo ALAS, la Associació de Lluita AntiSida de las Islas (1987).

Años 90 - Ben Amics, la lucha por la visibilidad del colectivo. La asociación comenzó a trabajar en 1991, pero hasta el 94 no se legalizó. En la imagen, un grupo de activistas de la entidad se manifiesta a las puertas del despacho del entonces alcalde de Palma, el ‘popular’ Joan Fageda, que se negaba en rotundo a recibirles.

Julio de 2005 - Matrimonio igualitario. Durante el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el Congreso aprobó de manera definitiva el matrimonio entre personas del mismo sexo con plenitud de igualdad. España se convirtió en el cuarto país del mundo que legalizaba las uniones homosexuales.

Junio de 2015 - Un pequeño gesto, un gran revuelo. Tras años de desplantes, la bandera del arcoíris ondeó por primera vez en el Ajuntament de Palma con motivo de la celebración del Orgullo. La decisión del Consistorio fue denunciada ante Delegación de Gobierno por el Instituto de Política Familiar de Baleares (IPFB).

30 mayo de 2016 - Se aprueba la ley LGTBI. La nueva norma autonómica establece el deber de intervenir en situaciones de discriminación por identidad de género u orientación sexual. Además, garantiza la reproducción asistida para lesbianas y bisexuales y el acceso a la reasignación de género para transexuales.