Andrea, Toñi, Susana, José, José Carlos y Cristina en la terraza del bar-restaurante El Puente tras comer en familia. | Julián Aguirre

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El ambiente en las terrazas de los restaurantes, que ya han abierto, es acogedor y hasta festivo. Incluso entre comensales que no se conocen se entablan conversaciones, donde el sol y las agradables temperaturas invitan, por fin, a disfrutar de una larga sobremesa entre amigos y familiares.

«Una de las cosas que creo que hemos aprendido en este encierro ha sido a valorar más las relaciones sociales y la salud», comentaba el humorista Agustín ‘El Casta’, quien daba buena cuenta este martes en el restaurante Ola del Mar, de un pisto manchego con huevos de corral y unas croquetas de rabo de toro, mientras llega la paella, para disfrutar junto a su amigo Juan Carlos Enrique, director de Onda Cero en Baleares.

PRIMER DIA DE RESTAURANTES.

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Muchos rostros conocidos en las terrazas del restaurante del Portixol, donde su propietario, Guillermo Cabot, se mostraba encantado por la respuesta de su fiel clientela. «Prácticamente no me quedan mesas libres hasta el domingo por la noche», confiesa. A manteles vimos a la exdiputada y portavoz del PP en el Parlament Mabel Cabrer y su compañero, el abogado Gaspar Oliver. «Como la mayoría de amas de casa el confinamiento me lo he pasado haciendo la compra, cocinando y arreglando la casa, así que tenía ganas de salir a que me sirvieran y disfrutar en un restaurante», confesaba Cabrer. Jordi Seguí, de Marabans Coffe & Tea, y su esposa Lea CollBoni habían quedado con dos parejas más para reunirse a manteles. Lo mismo Toni Gil y Rafael Escape, amigos y compañeros de trabajo que habitualmente se reunían para comer una vez a la semana. Toni Palmer y su mujer, Patricia Company, lo hacían con su hijo y hermana.

Por otro lado, en el Mediterráneo, del Passeig Marítim, el director de al Cope, Xavi Bonet, celebraba su 62 cumpleaños con su mujer, Aurora García, y sus hijas, María y Aurora. En otra mesa, Berni Bonnin con su grupo de amigos y amigas, fieles al vierneo y que se volvían a reunir. En definitiva, un pequeño paso hacia la normalidad.