Can Pintxo, a pesar de encontrarse en Sóller, realiza envíos gratuitos a toda la Isla. Los clientes pueden elegir entre dos menús para dos o cuatro personas y con la posibilidad de ver las videorrecetas. | Gorka Alvarez

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Son tiempos en los que la imaginación y la inventiva se han convertido en una necesidad si se quiere sobrevivir a esta difícil situación. Muchos bares y restaurantes no han tenido más remedio que cerrar, pero hay otros que, pese a tener la persiana bajada, no han querido perder el contacto con sus clientes. La mayoría de ellos han optado por el servicio a domicilio y desde el pasado lunes por la recogida en el propio establecimiento. Pero ha habido otros que han querido ir más allá y ofrecen también un servicio a domicilio con la particularidad de que el cliente recibe los ingredientes para prepararse unos deliciosos pinchos, las hamburguesas más sabrosas o el mejor de los cócteles de sus locales preferidos.

Por ejemplo, Raimundo Burger ha repartido centenares de bolsas (sólo realiza envíos a Palma) que contienen todos los ingredientes para preparar sus suculentas hamburguesas. El ‘kit’, de 30 euros para dos personas se completa con una cuartilla con la receta paso a paso para que el cliente la cocine lo más parecido posible al original.

Can Pintxo, en Sóller, ofrece la elección de dos menús para cocinar durante cuatro días y en un máximo de 48 horas entregan en casa los ingredientes, ya seleccionados y listos para cocinar. En su web tienen las vídeo-recetas para cada plato. Los packs, que incluyen también el postre, tienen un precio de 55 euros para dos personas y 100 para cuatro, con envío gratuito a toda la Isla.

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Y después de una suculenta hamburguesa o una selección de pinchos, qué mejor que acabar con una bebida del Brass Club. El local de Rafa Martín ha ideado una carta en la que ofrece una extensa selección tanto de cócteles como de long drinks, en los que tampoco falta el más mínimo detalle y los pedidos llegan hasta con los hielos incluidos. Cada paquete incluye los ingredientes para elaborar dos bebidas y el pedido mínimo es de 20 euros.

También está la posibilidad de completar el pedido con aperitivos como vermut, patatillas, lata de anchoas, mejillones e incluso jamón ibérico de Salamanca. La duda de estas iniciativas estriba en saber si a pesar de tener en cada caso los ingredientes para preparar las diferentes propuestas, éstas sabrán tan bien como en el propio local. Otra opción hubiera sido que el propio cocinero o barman se desplazara hasta el domicilio en cuestión. Ahí sí que entonces el resultado sería igual al acostumbrado, pero el precio variaría y se romperían las normas del confinamiento.