El pasado año, y tras el conflicto entre doña Letizia y doña Sofía, los Reyes y sus hijas cumplieron con la tradición de asistir a la misa con la reina emérita. Pero don Juan Carlos se descolgó. | P. Pellicer

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En 1969, don Juan Carlos de Borbón y doña Sofía de Grecia, entonces príncipes de España, comenzaron a veranear en Mallorca. Sus visitas se convirtieron en compromiso en 1973, cuando la Diputación Provincial les ofreció el Palacio de Marivent como residencia estival.

Pero la Familia Real también solía pasar las vacaciones de Pascua en la Isla. En 1976, por ejemplo, el Rey recibió en Marivent al entonces presidente del Gobierno, Arias Navarro. El Trofeo Princesa Sofía también se disputaba en estas fechas. En otras ocasiones, los Reyes acudían a esquiar a Baqueira Beret, si la nieve se lo permitía.

La primera asistencia a la Misa de Resurrección de los Reyes a la Seu fue en 1995. Hoy se rompe una tradición que se ha mantenido ininterrumpida a los largo de 25 años. Debido al estado de alarma, el obispo Taltavull oficiará la ceremonia sin fieles. Se trata de una imagen insólita y no sólo por la ausencia de la Familia Real. La historia nos recuerda que, con los años, la presencia de los Reyes en la Catedral de Mallorca ha causado gran expectación popular y mediática.

Cada año, residentes y turistas se acercaban en gran número hasta la Seu para ver la llegada de Sus Majestades. En los últimos años la atención de la prensa se había centrado más en cómo vestían las reinas o las infantas; las miradas, gestos,... de cada uno de los miembros de la Familia Real. Pero realmente nunca se consiguió, en el posado oficial a las puertas de la Catedral, una imagen de todos juntos: hijos, cónyuges y nietos, de don Juan Carlos y doña Sofía.

En el año 1998, los Reyes hoy eméritos acudían a la celebración de la Pascua junto a don Felipe, a quien no se conocía novia, y de las infantas acompañadas de sus esposos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin. La familia comenzaba a crecer y a disfrutar, no sólo en verano, sino de días de estancia en el Palacio de Marivent. También en Semana Santa.

En 2004 podíamos ver a Juan Carlos y Sofía rodeados por sus hijas Cristina y Elena, y a sus maridos, ya con la incorporación de doña Letizia, recientemente prometida a don Felipe, además de los cuatro nietos mayores: Felipe, Victoria, Juan y Pablo. Posteriormente, y a lo largo de las siguientes fiestas de Pascua, se sumaron nuevos recién nacidos, pero también se anotó alguna falta, como la ausencia de Jaime de Marichalar, que se separó de la infanta Elena, aunque se comunicó como un «cese temporal de la convivencia». En 2006 estaban todos los demás, a falta del nacimiento de la infanta Sofía, siendo la primera Pascua en Palma de la princesa Leonor. Al año siguiente, los entonces príncipes de Asturias no acudirían debido al avanzado estado de embarazo de doña Letizia.

Sin duda, las dos Pascuas reales que más recuerda la opinión pública son la de 2012, cuando don Juan Carlos desde Palma se marchó a disfrutar de un fatídico safari en Botsuana, y la Semana Santa de hace dos años, en 2018 cuando, a pesar de los rumores y de varios años sin la asistencia de don Juan Carlos, doña Sofía y doña Letizia protagonizan un sonado rifirrafe a puertas de la Catedral.

Las imágenes dieron la vuelta al mundo. Las dos reinas, en público, se disputaban a la princesa Leonor y la infanta Sofía. La reina emérita quería hacerse una foto con sus nietas y, según Letizia, ese momento no estaba previsto en el protocolo. Agua de borrajas, porque el pasado año, el rey Felipe VI acudió a la Seu acompañado de ‘todas sus mujeres’: su esposa, su madre y sus dos hijas. Solo ellos, y transmitiendo una imagen de armonía familiar. A la particular historia de la Semana Santa real ahora hay que sumar su primera ausencia total.