Nuestro paisano, junto a un grupo de niños, frente al pequeño templo del poblado días antes de la llegada del coronavirus.

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Hemos vuelto a contactar con el mallorquín Jaume Covas González –Jaume Petit, que es como, desde siempre, le llaman en casa y sus más allegados–. Como os conté hace unas semanas, es un miembro más del proyecto educativo Mudita Foundation, que se desarrolla con éxito en un pequeño pueblo de Myanmar (antigua Birmania), llamado Nyaung Shwe, a las orillas de Inle Lake, uno de los lugares más visitados del país, «cuyo objetivo –nos contó Jaume por entonces– está basado en el desarrollo de una educación que gira en torno a la sostenibilidad, el autodesarrollo y los valores acordes a la filosofía budista de armonía y comprensión por el mundo que nos rodea».

Saltó la alarma

Pues, como hemos dicho, puestos de nuevo en contacto con Jaume, este nos dice que «desde el pasado miércoles, Myanmar se encuentra bajo la alarma del Coronavirus, habiéndose detectado los primeros ocho casos por parte de las autoridades en turistas que entraron en el país en marzo». Este hecho, que supone una amenaza, crea, además, un conflicto que obliga al confinamiento, no tan solo por la salud, sino también por la seguridad de los viajeros.

Jaume asegura que desde Mudita «permanecemos atentos a la expansión del virus, del que estamos continuamente informados a través de la variedad de nacionalidades que forman nuestro equipo de voluntarios, por lo cual no somos presos del pánico, sino que, por el contrario, prestamos nuestra atención a la forma más eficaz y solidaria para combatir la situación». Por ello, la aldea donde viven y tienen el proyecto, Nyaung Shwe, se encuentra en confinamiento al igual que muchas otras en el país, «hecho que conlleva a la falta de recursos de los habitantes, que sin poder acudir a los cultivos y respectivos oficios, se encuentran sin dinero ni alimento para subsistir. A ello añadamos que a causa de no tener una sanidad adecuada, ni apoyo por parte del gobierno militarista, sumado a un desconocimiento completo de la enfermedad, hace que Myanmar se encuentre de nuevo metido en una batalla por la supervivencia». Y, por ende, ellos.

«Pero no todo son malas noticias –señala nuestro paisano–, pues desde diferentes organizaciones del país, comunidades de vecinos y entidades religiosas se han empezado a organizar lugares para el confinamiento e intervención de los enfermos, situación a la que nos queremos unir como ONG, atendiendo las necesidades de nuestros vecinos y ofreciendo nuestro monasterio como lugar de atención en el caso de que la situación empeore», añadiendo que de momento no disponen «de un registro apropiado de casos, debido a la falta de sanidad y atención en el país, ni tampoco del equipamiento necesario».

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¿Cuáles son las necesidades de esta comunidad para hacer frente a la epidemia del coronavirus? «Pues entre otras –apunta Jaume– están las familias, que necesitan asistencia económica para realizar la compra de vegetales y medicamentos, hecho que tratamos de solventar con nuestras donaciones, pese a tener una población de alrededor de 300 habitantes. Tampoco perdemos de vista el futuro ni nuestra posible contribución como centro para el confinamiento del COVID-19, ofreciendo un equipamiento adecuado para garantizar la seguridad de los menos afectados, así como una buena red de asistencia».

Por otra parte, además de estar ahora muy pendiente de cómo evoluciona la epidemia del Coronavirus en Myanmar, los habitantes de este país y, sobre todo, en esta época del año, se han de enfrentar a otros problmas y que no son otros que enfermedades como la malaria y el dengue, que se cobran centenares de vidas sin posibilidad de reconocimiento médico.

«Por todo ello –añade–, para sobrepasar esta situación, nuestra intención es mantener los mejores niveles posibles de sanidad, educación y seguridad, que a ojos de los que actúan por un bien común, se ha convertido en una oportunidad para el progreso, el compromiso y la consciencia –y postilla–, desde Mudita Foundation hacemos una llamada a la solidaridad y unión de los pueblos para afrontar esta situación. Con vuestras donaciones podremos mejorar nuestra respuesta a las dificultades venideras y abastecer a nuestra población con buena sanidad y alimentación. Por ello, gracias desde el corazón».

«Estamos bien»

En cuanto a la situación de él, y la de los otros ocho voluntarios de esta ONG, asegura que «estamos bien, no estamos muy restringidos por las leyes, lo cual, aunque estemos confinados, nos permite cierta movilidad, por lo que para nosotros no está siendo tan duro como para la gente del pueblo, recluida en sus casas, sin poder salir».

Todas aquellas personas que quieran colaborar con la obra social en la que está trabajando Jaume, pueden hacerlo ingresando lo que buenamente puedan en la cuenta que ha abierto este en Bankia: C/c 20383413863000019807