Dos vecinas de la zona se acercaron a la tienda para recoger las flores depositadas en la puerta. En un cartel se podía leer «Llévame» y se pedía que cada ciudadano se llevara un único ramo. | Jaume Morey

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Los vecinos del barrio de Monti-sion y la Calatrava se han encontrado durante un par de días un anónimo ángel que les ha alegrado el confinamiento por el brote de coronavirus. Una floristería ubicada en la calle Monti-sion lleva dos días poniendo ramos de flores a las puertas del negocio antes de que se marchiten para que los disfruten los paseantes.

Este miércoles eran varios ramos de vistosos tulipanes de colores blanco, rojo y amarillo, pero el día anterior habían sido otras flores. Ante la imposibilidad de venderlas porque la tienda debe permanecer cerrada, los propietarios del negocio han preferido regalarlas para que al menos las disfruten los vecinos.

«Llévame», se leía en un cartel colocado en uno de los cubos. Otro cartel pedía, por favor, que solo se cogiera un ramo para que pudieran disfrutar del regalo el mayor número de vecinos.

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Una de ellas fue Gwendoline, que cogió encantada uno de los ramos cuando pasó por azar por la calle. Junto a ella estaba una vecina de la zona que le explicó que la iniciativa está en marcha desde hace un par de días.

Dos trabajadores

Cerca de allí, en el local en el que antes estuvo la librería Literanta, dos trabajadores de la construcción se afanaban en las obras de reforma del local, que probablemente pasará a ser un nuevo negocio pensado para esos turistas que ahora tardarán meses en pasear por las calles del casco histórico de Palma.

Había corrido la voz de que alguien regalaba flores y dejaron por un momento la obra para coger un ramo. «Se lo daré a mi mujer cuando llegue a casa», dijo uno de ellos, en uno de los raros momentos de alegría que ofrece esta insólita realidad en medio de una ciudad confinada.