El encendido del ‘fogueró’ principal dio el ‘sus’ a una noche con ‘dimonis’, música y mucha tradición. | Carles Domènec

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El barrio barcelonés de Gràcia festejó este sábado la jornada más mallorquina del año. Empezó el día con grupos de xeremiers, tamborilers y flaboliers recorriendo a media mañana los cuatro mercados del distrito, como previa de lo que iba ocurrir por la noche. Al mediodía, en el centre cultural La Violeta, Teresetes de Mitjorn representaba Titirimàgia, para los más jóvenes, al mismo tiempo que Catalina Valriu presentaba en el Espai Albert Mussons el cuento Les banyes d’en banyeta y Nòmades Teatre Crític de Gràcia teatralizaba la Rondalla de Sant Antoni.

Por la tarde, las autoridades y representantes de las entidades involucradas en esta nueva edición de ‘Sa Pobla a Gràcia’, encabezadas por la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y la vicepresidenta Bel Busquets, se reunieron en un acto institucional en la sede del distrito.

Bel Busquets, Catalina Cladera, Toni Torrens y Catalina Solivellas.

Un largo y espectacular correfoc recorrió el barrio, con la participación, entre otros grupos, de Xeremiers de Mallorca, La Sacaraida, Trabucaires de Gràcia, Tamborers y Dimonis de Albopàs. Ya de noche, las autoridades encendieron el fogueró principal, ubicado en la plaza de la Virreina, y se inició así la fiesta en una quincena de plazas, con cientos de ciudadanos consumiendo productos mallorquines al lado del fuego. Un ya tradicional evento en torno al fuego santantonier.

Consolidado

Los grupos musicales Roada de Mallorca y Cofre Antic d’Inca animaron con música popular de Mallorca. En lugares como las esquinas de la plaza del Diamant, glosadors de todas las edades improvisaron al ritmo de la ximbomba hasta pasada la medianoche.

‘Xeremiers’ y ‘tamborers’, en uno de los mercados del barrio de Gracia, animando las compras de muchos catalanes.

Para los barceloneses, ‘Sa Pobla a Gràcia’ es, sin duda, la granfiesta de invierno de uno de los barrios más populares de la ciudad. Y lo es al compás de las xeremies, las gloses y las ximbombes, y gracias a la determinación de un grupo de mallorquines, consolidado con la fundación de la Federació dels Foguerons de sa Pobla a Gràcia.